Con la polémica de la asignatura de Religión en auge, la movilización de ayer de la concertada confirma que el fin de curso no va a ser tranquilo, precisamente en unas semanas en las que la tranquilidad se convierte casi en factor electoral. El maratón de decretos y normas de obligado cumplimiento a los que se enfrentó en estos tres años la Consejería de Ana González culminó con los currículos de Primaria, ESO y Bachillerato. A cada nueva norma, nueva polémica. A la "guerra" de los padres que protestaron por la escasa y muy localista oferta de las asignaturas de libre configuración autonómica en Primaria (Lengua Asturiana o Cultura Asturiana) le sigue el conflicto de la Religión, que todo hace indicar que acabará en los tribunales. Un sector de familias y profesorado critica la reducción del peso de la asignatura en esos currículos y su desaparición en segundo curso de Bachillerato. Los dos colegios asturianos con enseñanza no mixta mantuvieron este curso el concierto porque así lo decidió un juez, a la espera de dictamen definitivo. Polémicas cerradas, unas, que dejan damnificados, y abiertas otras a la espera de desenlace más allá de las urnas.