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La polémica consejera de Educación culmina su mandato con ocho frentes abiertos

La consejera de Educación deja abiertas las polémicas sobre la Llingua, la concertada y la Religión, y pendiente el plan para la primera etapa de Infantil

Ana González.

Los sectores más críticos con la labor de la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Ana González, lamentan el exceso de ideología en su gestión. Ella no lo niega y hasta lo reivindica, así que lo que algunos entienden como un baldón, otros lo traducen como un elogio.

El próximo día 25 habrá manifestación por las calles de Oviedo. La convocan la patronal de la enseñanza concertada, los padres y madres de la Concapa y la plataforma "Religión en la escuela". No llenará probablemente la calle Uría pero tiene significación porque viene a resumir tres años de tensión educativa. El sector, guerrero como pocos, se presta a ello y desde la Consejería no se pusieron precisamente paños calientes.

Como fondo, la Lomce, esa ley educativa nada consensuada y de futuro más que incierto. Asturias fue una de las cinco comunidades que se enfrentaron abiertamente a la reforma legislativa, aunque los sindicatos de la pública le reprocharan a la Consejera su aplicación a rajatabla. La Lomce condicionó los tres años de esta legislatura a punto de acabar, y en especial este último curso en el que la Consejería de Educación se embarcó en una maratón normativa, comenzando por los tres nuevos currículos de Primaria, ESO y Bachillerato. Los partidos de la oposición afearon en la Junta la tardanza de estos dos últimos. Plazos obligan, contestó Ana González. En el último año y medio la gestión educativa asturiana estuvo plagada de aristas. Algunas cuestiones sobrevivirán a la actual Administración. Estos son los conflictos. Los ochos suspensos de la consejera.

La Lomce ataca de nuevo. La aplicación de la Lomce irá in crescendo. Para empezar, el 2015-2016 incluirá ya a toda la Primaria, con evaluaciones en tercer y sexto curso. Entra en juego la nueva ley en primero y tercero de la ESO, primero de Bachillerato y segundo curso de la Formación Profesional Básica, con la que sigue habiendo un grave problema de financiación. Para muchos profesores el curso 2015-16 será el año más crítico.

La Religión busca hueco. "Los gobiernos son elegidos democráticamente y creo que todavía no hay voto directo para la elección de arzobispos". Fue la contestación de la Consejera a las críticas del arzobispo Jesús Sanz Montes por lo que la Iglesia asturiana entiende como una "persecución y acoso" a la asignatura de Religión. Ese "acoso" es consecuencia de la reducción de carga lectiva de la materia en Primaria, ESO y Bachillerato. Los profesores de Religión aseguran que su desaparición en la oferta de segundo curso de Bachillerato "vulnera de plano" la Lomce. Se prevén más de veinte puestos de trabajo perdidos para el próximo curso y casi medio centenar de medias jornadas.

El eterno problema de los interinos. Una tasa del 25% de profesores interinos sobre el total de la plantilla docente pública sobrepasa con mucho lo deseable. El próximo día 22 Asturias pone en juego 188 plazas de maestros, que se suman a las 51 de Secundaria ofertadas el pasado año. En total, 239 plazas que se quedan muy cortas respecto a las jubilaciones de un sector avejentado. El reto: acercar la tasa de interinidad a niveles que no sobrepasen el 12%. Es decir, la mitad de la actual. En abril del año pasado Educación firmó con dos sindicatos el nuevo acuerdo de interinos, que había provocado protestas públicas. Por cierto, las oposiciones a cátedra de Conservatorio están recurridas en los tribunales.

La Llingua, un dolor de cabeza. La Lengua Asturiana parece no dejar contento a nadie. La Academia de la Llingua criticó a la Consejera por lo que entendió como una "dejación de funciones" en la defensa del Asturiano ante el Ministerio de Educación. El MEC no incluyó a la Llingua en el decreto de especialidades, lo que condenaba una vez a los profesores de Asturiano a un limbo profesional. Al margen de esta polémica, determinados sectores de padres arremetieron contra la Consejería por no incluir otras asignaturas en el apartado de materias de libre configuración autonómica, en Primaria. Solo hay posibilidad de estudiar Lengua Asturiana o Cultura Asturiana. Hubo padres que incluso llamaron a la insumisión. La sangre no llegó al río pero tan escueta oferta dejó descontento.

El desconcierto de los conciertos. Ana González se tuvo que mover entre dos aguas: la presión de los sindicatos de la pública y la del sector de la privada. Sus preferencias no las esconde. A ella le ha tocado aprobar un nuevo concierto educativo que en Asturias afecta a unos setenta colegios. Hubo polémica, pero la postura de Educación fue firme. Para algunos, demasiado. La "guerra" con los dos colegios de Fomento que mantienen la enseñanza no mixta queda inconclusa a la espera de los tribunales. Ana González se mostró siempre partidaria de retirar las ayudas públicas a este tipo de centros. La retirada del concierto fue recurrida por los colegios afectados, que lograron prórroga.

Los más pequeños, a la espera. El proyecto de consorcio para las escuelas de niños menores de tres años fue presentado a bombo y platillo, cosechó algunas críticas sonoras y parece esperar tiempos mejores. Un proyecto ambicioso que unificara condiciones y sueldos de los cuidadores y que contara con respaldo municipal. Mucho pedir. La Junta pidió la gratuidad total de la primera etapa de infantil, cuya tasa de matriculación en Asturias apenas sobrepasa el 15%. Aumentarla debería ser uno de los grandes objetivos de la nueva legislatura.

La concertada a la greña. Las críticas a la política educativa asturiana por parte de la enseñanza concertada se recrudecieron en los últimos meses. Un sector que se reconoce "harto de ataques e incumplimientos". Acusan a la Consejera de falta de voluntad de diálogo y de estar "negativamente condicionada" hacia unos colegios que dan matrícula a 31.000 escolares en Asturias. Los sindicatos de la concertada aseguran que "se están conculcando los principios de equidad con diferentes criterios de dotación de recursos". No hay, dicen, equiparación en las ratios profesor/alumnos ni en los apoyos a las necesidades especiales.

Unas plantillas agobiadas. Los recortes que trajo bajo el brazo la crisis se dejan sentir. En esta legislatura los profesores han visto aumentar su horario lectivo y las medias jornadas de los interinos, y disminuir sus ingresos y el número de docentes en plantilla. Más papeleo y menos personal. La tasa de reposición, que limita desde Madrid la oferta de empleo, influye lo suyo.

Las obras en algunos colegios fueron un quebradero de cabeza. Las del Carmen Ruiz Tilve, en Oviedo, un ejemplo de esa ley de Murphy que asegura que si las cosas pueden salir mal... saldrán incluso peor. Educación padeció además su particular crisis del transporte escolar. No lo tuvo fácil Ana González aunque a ella le importe poco. Su fogosidad, a veces excesiva, en los debates de la Junta General así lo atestiguan.

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