El SOMA reclamará a José Ángel Fernández Villa las cantidades que, entre 1989 y 2001, la empresa Hunosa había girado al sindicato por dietas y kilometrajes de los delegados a las reuniones del comité intercentros y que "supuesta y sorprendentemente" el líder minero "hacía propias" y se embolsaba.

El sindicato hizo público ayer el informe de contabilidad del SOMA-FITAG-UGT y de la Fundación INFIDE desde 2008 a 2014, con una conclusión central: "Podemos afirmar que los 1,4 millones de euros regularizados por el anterior presidente de ambos organismos (Fernández Villa) no han salido de los mismos". El sindicato recuerda que Villa "no tenía asignado salario alguno en cualquiera de las dos organizaciones", cuyos actuales responsables ejercitarán acciones penales "para depurar responsabilidades, preservar la honorabilidad del sindicato, reparar el menoscabo a su patrimonio y solicitar la devolución de los importes objeto de la controversia".

Que Fernández Villa se quedaba con los talones nominativos de Hunosa fue desvelado en febrero en la comisión parlamentaria para debatir el caso. Se trata de una cantidad que rondaría los 243.000 euros y que no explicaría la fortuna del que fue durante décadas la imagen y el amo del sindicato minero ugetista.

El SOMA reconoció ayer que, "a la vista de los informes emitidos, no existió un control exhaustivo" de la contabilidad, "que presenta un importante número de errores, tanto desde el punto de vista técnico contable como de justificación de los gastos". La nota emitida por el sindicato pide "desligar las presuntas irregularidades en que a título particular se hubiera podido incurrir" con el resto de la organización minera.

Ni herencia familiar ni nada parecido. Los 1,4 millones de euros que amasó Villa y que regularizó en 2012 acogiéndose a la amnistía fiscal tienen relación directa con la residencia de la tercera edad de Felechosa, en Aller, según el diario madrileño "El País", que explica los pormenores de un presunto círculo vicioso convertido en trama en la que Villa, de 71 años, enfermo y, al parecer, imposibilitado para declarar, es una pieza importante, pero no única.

Fueron inicialmente 27,7 los millones de euros en los que se presupuestó la residencia de Felechosa. Al final, el dinero gastado casi rozó los treinta millones. La investigación apunta, según "El País", a que la fortuna de Fernández Villa "procede en gran parte de supuestas comisiones derivadas de la construcción de esa residencia para mineros jubilados".

Villa convenció al entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero para que la Administración central sufragara al completo el complejo. El Montepío de la Minería Asturiana es el organismo llamado a desempeñar las responsabilidades de gestión y control de este centro.

Al frente del Montepío estaba un amigo y compañero de sindicato de Fernández Villa, José Antonio Postigo, quien nombra gerente de la residencia a Rolando, uno de los hijos de Villa, con sueldo de 50.000 euros al año y blindaje de despido. En Felechosa, se pone a trabajar también una hija de Postigo.

Señala el diario madrileño que "se cree que hubo connivencia entre Fernández Villa y Postigo" y que se han hallado "indicios de sobrevaloración de las obras del geriátrico". Ahí parece estar la clave. Las obras de la residencia, inaugurada en 2012, fueron adjudicadas a una empresa, Alcedos de los Caballeros, cuyo propietario "es un constructor del círculo de amistades de Postigo". Alcedos fue creada en 2001 y su sede social está ubicada en el concejo de Lena.

El abogado de este empresario habría aprobado una adjudicación al alza de los costes, casi al final de obra. Algo que habría tenido que ver con la petición de Postigo para aumentar la calidad de los materiales: "Dijo que lo quería todo a lo grande", recuerda el letrado. No en vano, se gastaron dos millones de más sobre la cantidad establecida. Fuentes de la empresa constructora niegan que hubiera" sobrevaloración de costes". Lo que pasa, dicen, es que "la obra es de lujo, tal y como se nos pidió".

La teoría de la herencia familiar, esgrimida en el entorno de Villa para justificar la abundante hucha del sindicalista, parece así caerse por su propio peso. La hermana de Villa niega que hubiera tal herencia e incide en lo que para muchos conocidos de la familia es evidente desde hace tiempo: los padres del líder minero eran gente humilde. La investigación sobre el histórico sindicalista sigue su curso, sin respuestas por parte del implicado.