La Justicia asturiana exige al nuevo Gobierno autonómico los medios suficientes para luchar contra la corrupción porque, con los que cuenta ahora, son, cuando menos, "escasos y obsoletos", lo que dificulta una acción "rápida, ágil y, sobre todo, eficaz". Eso sin entrar en la penosa situación en la que se encuentran las instalaciones judiciales repartidas por todo el Principado -salvo honrosas excepciones-. Ayer, por vez primera, la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) hizo público un documento -que ha enviado a Presidencia del Principado- en el que relatan desde la carencia de aplicaciones y medios informáticos adecuados para afrontar la delincuencia hasta la lucha continuada contra las ratas y la plagas de polillas en algunas dependencias judiciales, pasando por humedades y falta de espacio que, incluso ha obligado a tomar declaraciones en la calle o en una cafetería, o que los funcionarios se trasladen en autobús de unos juzgados a otros cargados con denuncias, expedientes y resoluciones.

El Principado respondió con celeridad a las acusaciones de abandono de los magistrados, indicando que en los últimos tres años de gobierno del PSOE se "ha hecho una firme apuesta por el fortalecimiento de la administración de Justicia, tanto en partidas presupuestarias como en modernización tecnológica, mejora de las sedes judiciales -con más de 50 obras con una inversión de unos dos millones de euros-, y la agilización de la asistencia jurídica". El consejero de Presidencia en funciones, Guillermo Martínez, tachó en un comunicado de "inapropiado" relacionar la lucha contra la corrupción a la falta de medios en Asturias.

El presidente del TSJA, Ignacio Vidau, fue contundente en la presentación del documento sobre las necesidades y carencias de la Justicia asturiana: "No se puede luchar contra las tramas corruptas con papel y bolígrafo". Lo dijo acompañado de los miembros de la Sala de Gobierno del TSJA en una comparecencia pública insólita. "Lo peor es que en la campaña electoral los hemos escuchado a todos hablar de la lucha contra la corrupción, pero ninguno a dicho nada de dotar a la Justicia de los medios necesarios. Sólo una vez al presidente (en funciones, Javier Fernández) y de pasada", recriminó un severo Vidau.

José Ignacio Pérez Villamil, magistrado de la Sala de lo Civil y lo Penal del TSJA, afirmó que "la Justicia sufre peores condiciones en las autonomías en las que están transferidas las competencias que en aquellas que dependen del Ministerio de Justicia". Y Pilar Martínez Ceyanes, juez decana de Oviedo, remató: "Muchos de los que se quejan de que la Justicia es lenta son los mismos que están obligados a dotarla de los medios necesarios para que sea ágil y no lo hacen".

La situación relatada por los magistrados y jueces asturianos es la siguiente:

Herramientas informáticas. Jorge González, presidente de la Sala de lo Social, explicó que las relaciones sociales y económicas son cada vez más complejas, mientras que los jueces asturianos siguen trabajando con medios cada día más obsoletos. Y eso cuando los tienen. Así, la Justicia asturiana trabaja con aplicaciones informáticas desfasadas o sin actualizar, lo que provoca una enorme lentitud en la recepción de datos, que consultar la página web del Consejo General del Poder Judicial sea una odisea, o incluso que durante años se pudieran utilizar archivos de formato común porque no podían abrirlos -eso se ha subsanado recientemente-. Además, se tarda demasiado en sustituir equipos averiados y hasta utilizar el fax, una fotocopiadora o escanear un documento se puede convertir en una ardua tarea. Por extensión y, según el informe, el sistema o los aparatos de videoconferencia presentan importantes deficiencias y, por supuesto, pese a ser necesario no se encuentra en todas las sedes judiciales. Y en la que los tienen, los comparten como pueden.

Infraestructuras. En términos generales, la sedes judiciales "ni son dignas ni son funcionales", aseveró José Ignacio Pérez Villamil. Se salvan los nuevos edificios de Gijón, Villaviciosa, Mieres y Castropol, además del remodelado de Avilés.

El TSJA se distribuye entre los palacios de Camposagrado y Valdecarzana, lo que implica un "trasiego continuo de funcionarios con papeles y documentos con carritos de ruedas de uno a otro", explicó el magistrado. El espacio está infrautilizado y, sin embargo, los jueces se ven obligados a compartir despachos y carecen de salas de deliberaciones para dictar sus sentencias. Y carecen de últimas tecnologías y medios electrónicos para analizar las pruebas practicas. Además, "resulta imprescindible" rehabilitar la totalidad de dependencias, especialmente las puertas, ventanas y paredes, que padecen de serias humedades. Los cables se extienden por los suelos de los despachos, y "en todas las esquinas de las dependencias judiciales" del más alto órgano jurisdiccional del Principado, hay "veneno para roedores". Por eso, los magistrados afirman que "sería prioritaria la desratización periódica". Realizar algunas obras sería poco costoso, aseguran.