El director general de Central Lechera Asturiana (Clas), Francisco San Martín, lo tiene claro: "Sin Clas, el sector ganadero sería otro muy distinto y, por supuesto, mucho más débil". Para San Martín, los casi cincuenta años de actividad de la empresa así lo demuestran. "Somos una organización que desde su fundación siempre se implicó en la comercialización final del producto, creando una marca altamente apreciada por el consumidor", expresa. No obstante, el camino no ha sido fácil. "Echamos en falta un apoyo más decidido de las administraciones al conjunto del medio rural", opina San Martín. Ese apoyo se traduce en dos líneas de medidas. La primera de ellas persigue potenciar el eslabón más débil de la cadena, es decir el ganadero, frente a las políticas aplicadas por las empresas de distribución. Y la segunda, dar un respaldo más eficiente a la actividad ganadera y a la producción de leche.
Según explica su director general, Clas no es una cooperativa al uso, sino que se trata de una Sociedad Agraria de Transformación (SAT), integrada por unos 7.500 socios. Pese al fin de las cuotas, todos ellos perciben más dinero por su leche que en otras regiones españolas. En abril, los productores asturianos recibieron 0,32 euros por litro frente a los 0,30 de la media nacional. Clas también apoya a sus socios en cuestiones técnicas, saneamiento ganadero y mejora de la productividad.
