El tendido de las vías de la variante de Pajares tendría que desplegarse el próximo otoño, o eso espera el Ministerio de Fomento, por la embocadura asturiana de los túneles que traspasan la Cordillera Cantábrica. Mientras la instalación del carril avanza en el interior del único tubo que inicialmente atravesarán los trenes, las previsiones sitúan en el siguiente horizonte temporal su ensamblaje en la salida Norte del túnel, en el tramo hasta Pola de Lena que completaría el montaje de los raíles y que incluye la zona del talud inestable de Campomanes, el principal quebradero de cabeza de los responsables de la obra una vez que quedaron controladas las filtraciones de agua a los corredores subterráneos. La ladera movediza, localizada en un área conocida como El Argayón, ha condicionado seriamente los plazos de puesta en marcha de la infraestructura, aunque fuentes de las administraciones responsables de los trabajos avanzan que las labores de contención de la pendiente deberían permitir la colocación de las vías este otoño, a tiempo de cumplir la pretensión expresada por la ministra de Fomento, Ana Pastor, de tener la obra civil de la Variante concluida antes de que se vaya el año.

En el estado actual de la tarea, no obstante, esos plazos son optimistas si se hace caso a las fuentes de la obra que han detectado frecuentes parones y una cadencia mejorable en el avance de los trabajos. Entre otras carencias, han denunciado que precisamente en las inmediaciones de Campomanes queda una pantalla de pilotes sin ejecutar. Se trata de una de las estructuras de contención del terreno que, según las mismas fuentes, al ritmo actual podría tardar al menos ocho meses en estar lista.

El viernes, en La Pola de Gordón, de visita en la embocadura Sur de los túneles, Pastor puso especial afán en conversar con los trabajadores y los responsables de la obra. Tras las quejas de algunos de ellos, publicadas por este diario el jueves, respecto a la lentitud y los parones que sufren las obras, quiso repetir directamente a los obreros lo mismo que expresó varias veces, en público y en privado, durante su recorrido alrededor de la obra. Que el problema no es económico, que "dinero hay" para terminar la faena en plazo y que conviene exigir a todas las partes "un esfuerzo" para acelerar el ritmo y en particular a las empresas un acuerdo para reforzar las plantillas este verano. Y si hay dinero, también hay margen y necesidad de aumento de personal, toda vez que desde dentro de las compañías también se ha apuntado que existe obra para muchos más operarios de los que ahora están trabajando y que sólo con una fuerte ampliación será posible culminar la faena en el plazo propuesto. En concreto, las fuentes consultadas calculan que podría haber tajo para más de doscientos obreros donde ahora apenas se supera la treintena.

En la fase actual de los trabajos, el montaje de la vía está en marcha en una parte del túnel mientras el material para continuar esa tarea espera acopiado en los andenes del interior del tubo. Los raíles llegan ahora hasta la boca Sur, en La Pola de Gordón, donde se calibra y nivela la vía externa mientras dentro del túnel Oeste se despliega el carril. Al margen de la catenaria, de las instalaciones de seguridad y de las meticulosas pruebas que habrán de acometerse una vez finalizada la infraestructura, aún queda completar el tendido de las vías en los 25 kilómetros de túnel y empezarlo en los 15,3 de la embocadura Norte a Pola de Lena.

Esta labor de colocación de traviesas y vías en el tramo La Robla-Pola de Lena se distribuye en dos contratos, uno para el trayecto de La Robla a la mitad del tubo, de 27 kilómetros, y otro que cubre el itinerario de ahí a Pola de Lena, de 22. Éste incluye el tramo problemático de El Argayón, donde las vías podrían ser colocadas, según fuentes próximas a la obra, mediante el acceso de un tren carrilero que acerque los materiales bien ya por el túnel o por la conexión con la vía actual en Pola de Lena.