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Asturias se deshidrata

Los campesinos advierten de que la intensa sequía, inusual en julio, acabará con cultivos como el maíz y causará enfermedades en el ganado por mala alimentación

Un campo seco en Noreña. JULIÁN RUS

El calor y la escasez de lluvias de los últimos meses han pasado factura en el campo asturiano, que se enfrenta a una de las mayores sequías en años. Los ganaderos y los agricultores de la región advierten de que esta meteorología supondrá importantes pérdidas, especialmente para los productores de maíz, que auguran una campaña nefasta, que dan por perdida.

Ángela González, secretaria general de ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), explica que "la sequía que estamos viviendo durante estos meses está afectando mucho y de forma directa al campo". Por eso, hace un llamamiento a los poderes públicos para que concedan ayudas que permitan sacar adelante esta situación. "La Administración autonómica debería hacer un seguimiento de la sequía para comunicárselo al Ministerio y que éste proponga soluciones", explica.

Según comenta Joaquín López, secretario general de UCA (Unión de Campesinos Asturianos), "la escasez de lluvias de los últimos meses nos ha afectado mucho". "La cosecha del maíz no va a ser nada buena debido a esta situación. Como no cambie el tiempo, este producto se verá muy afectado", dice. También explica la situación del ganado: "En algunos lugares de Asturias está habiendo bastantes problemas para darle de beber".

El líder de UCA también advierte del grave problema que puede causar esta sequía en otro tipo de cultivos. "Lo normal es que en Asturias haya dos cosechas, la de primavera y la de otoño. Pero me parece que con esta sequía la de otoño no la va a haber", razona.

A pie de campo, la ausencia de agua se lleva como mejor se puede. José Luis Pertierra, de Pola de Allande, comenta que "esta sequía nos está dejando casi sin agua". "Los animales se están comiendo el silo que guardábamos para el invierno", asegura apesadumbrado. Una situación muy similar es la vivida por el tinetense Guillermo Castaño. "Nadie esperaba un periodo sin lluvias a estas alturas de verano. La sequía suele darse a finales de agosto y principios de septiembre, si es que la hay", apunta. "Los animales se han visto afectados de forma directa porque en el campo no hay comida. Además, en algunas zonas de la región no hay agua", remata.

Francisco Cadenas, de Cangas del Narcea, cree que la sequía "afecta al campo en todos los sentidos". Y afirma que está provocando enfermedades en los animales como "problemas de respiración y virus en los ojos". Cree, además, que la sequía arrasará muchas cosechas: "Hay entre un 30 y un 40 por ciento menos de cosecha que el año pasado por culpa de esta situación". "La alimentación para los animales empieza a escasear. Por el momento, hay agua, pero fuentes que siempre fueron abundantes apenas dan un chorro a día de hoy", se lamenta.

Mercedes Cruzado, secretaria general de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), afirma no recordar una sequía así: "Este tiempo está afectando directamente al campo". "Está haciendo que todos los pastos se sequen, por lo que a los animales se les está alimentando con el silo de invierno", advierte. Y se muestra sorprendida debido a que "otros años esta situación se daba, en menor medida, en los meses de agosto y septiembre, pero este año ha sido muy temprana, ya que no ha llovido nada prácticamente desde mayo".

En el año 2012 se vivió la que es, hasta día de hoy, la peor sequía de los últimos setenta años, a falta de conocer aún los datos del presente año. El temor de agricultores y ganaderos es que esta agonía se repita esta vez, incluso más fuerte.

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