"Cada día que pasamos sin agua, los problemas crecen", explica Francisco Blanco, ganadero de Noreña. Este campesino confía en que la sequía no se prolongue demasiado: "Espero que llueva durante todo el mes de septiembre, así, después, se podrá recoger bien el pasto, y ahora aprovecho y gasto todos los bolos para alimentar al ganado", apunta.
Al haber hecho bastantes rollos de hierba no se preocupa demasiado por los pastos. "Tengo por el momento suficiente comida para los animales. Confío en que la lluvia llegue pronto. Las personas que se dedican a la ganadería intensiva van a notar mucho más la sequía porque la cosecha del maíz va a ser muy mala debido a estas temperaturas", asegura. "En nuestro caso no tendremos ese problema, debido a que poseemos muchas hectáreas para pocos animales", prosigue. Además, Blanco vincula esta situación, en gran medida, al cambio climático.
En lo referente a las cosechas, afirma que "la del maíz va a ser la que más va a sufrir". "En la huerta noto la sequía porque normalmente en Asturias llueve bastante más de lo que está lloviendo", explica Blanco. El ganadero se muestra optimista, explicando que "a partir del miércoles he visto que empieza a llover". "Esto será bueno para las huertas. Pienso que con un poco que llueva, la huerta puede ir tirando y recuperar parte de la cosecha", continúa.
Este noreñense cree que tanto los agricultores como los ganaderos "debemos estar preparados para superar estas situaciones". "Siempre se ha de tener un plan B para hacer frente a una escasez de estas características. En Asturias, el clima es muy variable y no siempre va a hacer el tiempo que nosotros queremos", comenta, mientras mira al cielo.
