Diez y media de la mañana en la sede de Presidencia. Los ocho consejeros forman una fila en un lateral de la sala. Es la hora del compromiso solemne, poco antes del primer consejo de gobierno. La mitad ya tienen experiencia en esas lides, la otra mitad no. Todos tienen ante sí el reto de sacar adelante el trabajo del Ejecutivo asturiano con menor apoyo parlamentario de la historia de la región, sólo 14 (19 si se suman los diputados de IU que suscribieron el acuerdo de investidura) de 45 diputados.

Ninguno de ellos opta por jurar el cargo: todos prometen cumplir las tareas que les ha encomendado la sociedad asturiana, y mantener el secreto de las deliberaciones del consejo de gobierno. A medida que van prometiendo, se sitúan detrás de la tribuna desde la que Javier Fernández les dará el mensaje de bienvenida. El presidente dedica sus primeras palabras a los consejeros que no repetirán en el Ejecutivo. Son Graciano Torre, que deja Economía y Empleo; Faustino Blanco, que abandona Sanidad; Ana González, Educación, y Graciela Blanco, Bienestar Social. "Les agradezco tres años continuados de dedicación intensa". Y aclara que "jamás me he sentido defraudado por su labor. Sin regatear, habéis aportado lo mejor de vosotros", asegura. "Ocurre que cada etapa tiene exigencias, condiciones y aristas distintas, circunstancias que me han hecho decidirme por el relevo". Pero "muchos de los logros alcanzados en el último trienio, y que de forma tan cicatera se minusvaloran, llevan su sello personal".

Tras la despedida, el saludo a los que llegan, y la advertencia: "no lo tendréis fácil: seréis responsables de todos los desaguisados y artífices olvidados de todos los logros". La recuperación económica, los servicios públicos y la regeneración democrática van a ser los ejes de una legislatura, defiende Fernández, en la que "debemos gobernar en coalición permanente con la sociedad", porque el diálogo "nos lo exige la matemática parlamentaria, pero nos lo impone la transformación de la sociedad".

En el discurso, también, una mención al programa de gobierno y al pacto con IU, que el presidente considera obligado cumplir "salvo causa de fuerza mayor" porque "faltar a esos compromisos públicos sería un fraude a la ciudadanía".

Tras las palabras, es la hora de los saludos, las felicitaciones, las primeras declaraciones a la prensa y el primer consejo de gobierno. El delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, saluda a los nuevos consejeros. "Como delegado del Gobierno, me ofrezco a colaborar en lo que puedan necesitar. A muchos no los conozco, pero les deseo suerte y éxito, en beneficio de todos los asturianos", valora. La alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, se muestra satisfecha del equipo. "Me parece un gobierno compacto, equilibrado, y me gusta que haya personas con experiencia, es un valor que suma".