El cúmulo de retrasos y cancelaciones con origen en Roma registrado por los aviones de Vueling la semana pasada, y que provocaron demoras de más de 17 horas en el enlace Asturias-Ibiza del jueves, puede costarle caro a la aerolínea española de bajo coste. La Aviación Civil Italiana, organismo oficial dependiente del Ejecutivo transalpino, ha amenazado a la compañía con retirarle la licencia por su lentitud en recuperar la normalidad tras el incendio que se declaró el miércoles en las inmediaciones de la terminal de Fiumicino, seguido de un corte del suministro eléctrico en las instalaciones.

Las autoridades aeronáuticas italianas aseguran que Vueling, líder de viajeros en Santiago del Monte, no ofreció la "debida atención" a los pasajeros afectados ante "varias cancelaciones repentinas", algo que niega de forma tajante la aerolínea. Sin embargo, responsables de Aviación Civil y del aeropuerto de Roma se reúnen el jueves para analizar la respuesta ante el caos de la pasada semana y para, llegado el caso, adoptar medidas sancionadoras.

Los portavoces de Vueling consultados por LA NUEVA ESPAÑA achacaron a los problemas en Roma la odisea que pasaron los 266 pasajeros del enlace entre Asturias e Ibiza de la tarde del jueves. El retraso fue superior a las 17 horas y obligó a pasar la noche en la isla balear a los 158 viajeros del vuelo con destino a Santiago del Monte. También en declaraciones a este diario, varios usuarios se quejaron del trato recibido por parte de la aerolínea. "Nos tuvieron cuatro horas de puerta de embarque en puerta de embarque cuando sabían desde el principio que el vuelo estaba cancelado", afirmó Genma Ramos, una de las afectadas por la enorme demora.

Vueling tiene en Roma su segunda gran base, tras la de Barcelona, y, según sus portavoces, el incendio y el posterior corte del fluido eléctrico descuadró su operativa europea, generando cancelaciones y retrasos como los del enlace Asturias-Ibiza del jueves. Ese día, el avión que debía de salir a las 20.25 horas de la isla no despegó hasta las 13.30 horas del viernes, mientras que el de Santiago del Monte en dirección a Baleares, programado para las 22.35 horas del jueves, partió el viernes a las 15.30 horas.

Una odisea

Los 158 pasajeros del vuelo Ibiza-Asturias iniciaron esta particular odisea poco después de las ocho de la tarde del jueves, cuando se anunciaron los primeros retrasos del avión. Finalmente, pasada la medianoche, la compañía anunció la cancelación del servicio, reprogramándolo para primera hora de la tarde del viernes. Había una nave disponible, pero su tripulación había sobrepasado el límite de horas de vuelo diarias. Esta contingencia obligó a la aerolínea a buscar hotel en la isla a los pasajeros afectados, que llegaron a los alojamientos cerca ya de las dos de la madrugada.

Contra la versión facilitada por la compañía, los afectados aseguran que Vueling no les ofreció la posibilidad de cambiar el billete para otro día. Ni tampoco la devolución del dinero. Según el pasaje, lo único que se puso a su disposición fue una cena "horrorosa" y el hotel, aunque sin poder confirmar que todos los viajeros consiguieran alojamiento para pasar la noche en la isla antes de emprender el viaje hacia Asturias al día siguiente.

Además de a destinos vacacionales, Vueling es la compañía que se encarga de las conexiones aéreas de Asturias con Barcelona y París, sin competencia en ninguna de ellas.