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JOSÉ DÍAZ | Fotógrafo de naturaleza, inicia la grabación de "Cien días de soledad"

"Si la relación entre la naturaleza y el hombre sigue igual, acabará en catástrofe"

"La gente joven sí que habla pero por medio del móvil y eso no es real, no miras a los ojos, no te sientas a reírte"

José Díaz, con su cámara, en una de sus salidas por el monte.

El fotógrafo de naturaleza José Díaz (Oviedo, 1966) comenzará el próximo 11 de septiembre una particular aventura, llamada "Cien días de soledad". Un centenar de jornadas viviendo en su cabaña, situada a hora y media de Caleao (Caso), en plena Reserva de la Biosfera de Redes. Sin más compañía que la de la naturaleza en este inigualable entorno, su experiencia será grabada por él mismo. El resultado será un documental en primera persona, y con la ayuda de drones, que verá la luz en los próximos meses.

-¿Qué le lleva a uno a irse cien días solo a la montaña?

-Siempre he tenido el "hobby" de disfrutar de la montaña. Hace un año conocí a un productor de cine y documentales de naturaleza. Me dijo que quería que colaborase con él en algún proyecto. Aunque a mí siempre me han gustado los libros de aventura. El factor decisivo fue, hace un tiempo, cuando leí un clásico: "Walden" de Henry David Thoreau, un pensador americano, que además de escribir muy bien, se separó del mundo y vivió dos años en una cabaña en EEUU. También me regalaron un libro llamado "Vida simple", de Silvayn Tesson, que realizó el mismo trabajo que haré yo, y eso me animó definitivamente.

-¿De dónde viene esta afición por la montaña y la elección del parque de Redes para el documental?

-De pequeño, mi padrino tenia una cabaña allí y realicé alguna pequeña incursión. Lo que haces de niño se te queda marcado. Hasta que un día la afición se convirtió en necesidad. Después de unos años viviendo en Murcia y Alicante me di cuenta de lo que tenemos en Asturias. Me prometí que cuando volviese al Principado me compraría una cabaña y disfrutaría del monte.

-¿Qué pretende transmitir con este reportaje de más de tres meses de grabación?

-Aunque el guión está pensado, se va a escribir sobre la marcha. Recogeré el máximo de imágenes de la naturaleza que pueda. Me cuadran muy bien este periodo, ya que se verá el cambio tan radical en la montaña. De septiembre, donde aún hay días de verano, pasando por el otoño, que es la época más bonita del año en la montaña, y terminando en noviembre y diciembre, cuando se prevén que puedan caer nevadas importantes. Por otro lado, quiero saber qué se siente y qué puede pasar por la mente de una persona separándose cien días de todo lo que le rodea.

-¿Cómo se mentaliza uno para convivir con la soledad durante tanto tiempo?

-No me estoy preparando mucho en este aspecto, pero he pasado varias experiencias en una cabaña. Si pasé una semana y disfruté, ¿por qué no voy a pasar trece seguidas? Creo que es el momento, a punto de cumplir los cincuenta, de dar un parón en la vida y repensar qué hacer en los próximos. Lo que más me va a costar es estar separado de la familia, porque es tiempo que no se recupera.

-¿Y ellos cómo se toman todo esto?

-Pensaron que no lo iba a hacer realidad. Como estoy un poco "pirao" y no hago lo que el común de los mortales, se lo tomaron medio a risa.

-¿Qué te puede aportar la naturaleza que no haga la ciudad durante este tiempo?

-Mucho, a mí y a los que me rodean, porque cuando uno cambia también lo hace quién está a tu alrededor. Soy un desengañado con la vida actual. Los principios de hoy en día no casan con los que yo tengo. Uno se deja llevar y se va adaptando al medio. Siempre admiré a la gente que le gusta relacionarse. La gente joven sí que habla, pero por medio del móvil, y eso no es lo real. No miras a los ojos, no das una palmada a un amigo, no te sientas a reírte con los demás sobre cualquier cosa.

-El hombre pasa cada vez más tiempo en la ciudad, ¿qué futuro le augura a la relación ser humano-naturaleza?

-Si la tendencia sigue igual va a acabar de un modo catastrófico. Quiero pensar que va a pasar algo muy gordo que nos va a hacer replantear el futuro. También se trata de una falta de educación. Si repasas la historia de varias civilizaciones, aprendes que todas respetaban y adoraban la naturaleza, porque sabían que dependían de ella. Lo peor es que nosotros somos conscientes de eso, pero el dinero está por encima de todo.

-Volviendo a su aventura, ¿cómo piensa alimentarse de manera totalmente autosuficiente en mitad del monte?

- Al final no voy a ser tan radical en este aspecto. Llevaré una pequeña despensa, como tantos aventureros, con alimentos insustituibles. Será alrededor del 20% del total de los alimentos, como algunas proteínas o fruta. Para lo que obtendré en el entorno, en esta época del año tengo mucha variedad de frutos secos, arándanos, manzanos salvajes localizados o colmenas de miel que construí allí hace años. También estoy montando un gallinero para tener huevos, tendré ovejas para que den leche con más grasa.

-¿Y para beber?

-En la alta montaña de Asturias eso no es problema, tengo casi cuarenta fuentes localizadas, con agua purísima y potable.

-¿Con qué animales se encontrará durante este tiempo?

- Es una zona en la que abundan los rebecos, corzos y ciervos. También hay zorros, jabalíes y mucho lobo. Además, puedes ver al gato montés, muy bonito y difícil de ver. Incluso esporádicamente hay una población muy pequeña de oso pardo, que puede que vengan a buscar miel a mis colmenas.

-¿Tiene miedo a aburrirse?

-Posiblemente me falten horas. Los días van a ir menguando. Además, tendré que caminar mínimo cuatro horas cada día, preparar las cámaras, cuidar de los animales y la huerta si quiero que me provean de alimentos, cocinaré, lavaré la ropa y me sentaré a relajarme. Además, haré varias salidas largas con el caballo que me han dejado, para recoger imágenes de animales. Incluso dormiré al raso alguna noche, para estar en sitios claves en atardeceres y amaneceres. Sí. Posiblemente me falten horas.

-¿Qué opina del resto de programas de supervivencia que se ven hoy en día en televisión?

-Los pocos que veo relacionados con vivencias en la naturaleza son absolutamente falsos. Sentimos que no están, pero todos tienen cámaras, con tantos medios y tanta gente que nos engañamos a nosotros mismos si pensamos que es una experiencia de supervivencia.

-¿Qué hará al terminar esta aventura?

-El día 100 recibo a mi familia y amigos en el Concierto de Solsticio, que ya llevo organizando varios años. Así aprovecharé para disfrutar con ellos tanto tiempo después, juntando dos de mis pasiones: la montaña y la música clásica, y ponerle un bonito punto final a esta experiencia.

-Ese 19 de diciembre volverá a tener contacto con el resto de la humanidad. ¿Qué es lo primero que le gustaría poder decir ese día?

-Que he aprendido. Como todo el mundo, estudias de guaje, trabajas hasta que te jubilas, donde te arrastras con enfermedades hasta que mueres. Voy a tener mucho tiempo para pensar. Quiero llegar a conocer el camino que tomaré en los años que me queden. Me quitaré el reloj, caminaré cuando me apetezca y solamente comeré cuando tenga hambre. Me niego a vivir como lo hacen los demás. Citando a Thoreau: "Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida... para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido".

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