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JOSÉ ANTONIO GALDÓN | Presidente del Consejo General de Colegios de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales

"A las universidades hay que medirlas por el porcentaje de alumnos con empleo"

"Asturias se encuentra en una recesión importante, necesita reactivar su tejido industrial y recuperar la inercia que siempre ha tenido"

José Antonio Galdón, bajo una grúa, a las puertas de la Feria. ÁNGEL GONZÁLEZ

José Antonio Galdón es presidente desde hace cuatro años del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial. Desde ayer participa en la Feria Internacional de Muestras de Asturias en los encuentros de la profesión, donde hoy hablará sobre el horizonte y los retos de la ingeniería técnica.

-El Consejo de Ministros aprobaba hace escasas fechas su equiparación a los graduados de Bolonia al nivel 6 del marco europeo de cualificaciones. ¿Qué supone ese salto?

-Para nosotros es un paso importantísimo porque la profesión de ingeniero técnico era la misma que la de ingeniero en todos los países del mundo excepto en España. Y cuando se adopta esa equiparación del ingeniero técnico al nivel europeo supone un paso adelante a una reivindicación de muchísimos años además de un salto de modernidad.

-Sin embargo, el título académico puede no identificar profesionalmente al alumno, ¿cómo valora esa realidad de que sigan conviviendo grados sin atribuciones profesionales?

-Es una situación antigua. El problema radica en que no existe coordinación entre el mundo académico y profesional y en este caso entre el Ministerio de Educación e Industria para trabajar de forma coordinada. Siempre hemos dicho que las atribuciones profesionales tal como están concebidas en España son un modelo arcaico y prácticamente me atrevería a decir que estamos en el único lugar del mundo donde se mantienen las mismas atribuciones profesionales toda la vida. Lo que nosotros entendemos es el modelo de desarrollo profesional continuo y de reciclaje permanente en el que vayas adquiriendo competencias a lo largo de la vida. Es un modelo lógico porque implica una evolución.

-¿Qué opina del esquema actual con grados especialistas que obligan a cursar un posgrado para asegurar una salida profesional?

-Todo ese tipo de grados especialistas no reúnen los principios básicos que requiere el modelo del Espacio Europeo de la Educación Superior y, de alguna forma, se está pervirtiendo el sistema. El grado tiene que ser generalista y dar acceso al mundo laboral. Cuanto más generalista sea más oportunidades profesionales van a tener después los alumnos. A las universidades se las debería examinar no porque sus alumnos tengan un 8, un 9 o un 10, sino por el porcentaje de titulados que están trabajando o encuentran trabajo, ése es el examen que se les tiene que hacer a las universidades. En la mayoría de países va mucho más coordinado el mundo académico y profesional de manera que la Universidad se nutre de la experiencia del mundo profesional y le consulta a los profesionales qué está pasando en la calle, qué materias tienen que estudiar, qué competencias son las que están valorando y las incorporan a sus titulaciones, pero aquí la Universidad está siendo un poco endogámica, tiene que abrirse mucho más.

-¿Qué peticiones tienen para el nuevo ministro de Educación?

-La verdad es que ya queda muy poco tiempo de legislatura y nosotros lo que siempre pedimos es que determinadas materias como la educación y la política energética deben ser consideradas como un gran pacto de Estado. No entiendo por qué para cambiar el sistema electoral sí que tienen que hacer un pacto entre los grandes partidos y, sin embargo, para algo tan importante como la educación cada uno hace lo que quiere cuando llega al gobierno. Queremos que haya mayor coordinación entre todos los ministerios.

-¿Se superó la etapa en que profesionales de 40 y más años en situación de desempleo acudían al colegio para reciclarse?

-La verdad es que las titulaciones nuestras están teniendo muy buena acogida laboral. Si la sociedad necesita ingenieros es porque empieza a crecer, por eso es importante que se sepa que la ingeniería nuestra, por su generalidad y versatilidad, está siendo un perfil de profesionales muy demandado. Sin embargo, todavía sigue habiendo personas en situación de desempleo, nuestra tasa se sitúa en torno al 12% aunque va mejorando en los últimos años. Y si nuestros ingenieros no tuvieran esa base generalista les sería mucho más difícil reciclarse.

-¿Siguen exportando ingenieros al extranjero a cuenta de la crisis?

-La mayoría de los que salen son gente joven y nosotros les animamos a que si no hay oportunidades profesionales aquí es el momento de salir fuera, de formarse y de vivir nuevas experiencias.

-¿Cómo se ve Asturias desde el exterior?

-Está en una recesión importante con el tema industrial y lo que hace falta es que se reactive ese sector y que se aproveche toda la inercia que siempre ha tenido. Nuestra receta tiene mucho que ver con la innovación, la investigación, la creación de un modelo estable en el precio de la energía...

-¿Dan por superado lo peor de la recesión?

-Yo creo que la palabra crisis la olvidamos hace ya mucho tiempo y es importante que ni se nombre. Lo que hace falta es que hayamos aprendido la lección y, en particular, creo que nuestra profesión hemos salido muy fortalecidos de esta crisis. Hemos hecho nuestro trabajo en el sentido de preparar a los mejores ingenieros para que puedan aportar todo lo que tienen a la sociedad; más tampoco podíamos hacer. Hemos aprendido la lección. No es que no queramos hablar de la crisis, sino que no queremos que esté presente en nuestras actuaciones diarias. Cuando un inversor oye la palabra crisis se retira y ahora lo que hace falta es que se invierta y que se apueste por este país y por esta región que tiene muchísimas posibilidades.

-¿Es el sector energético el que aglutina ahora las oportunidades profesionales para los ingenieros?

-Ahora y siempre. Abogamos por el desarrollo de un plan energético con largas miras donde se concreten las fuentes para reducir la dependencia energética de derivados del petróleo, que es nuestro principal defecto. Entiendo que deberíamos ir hacia un modelo con mayor autoabastecimiento generando energía a través de fuentes alternativas y para ello haría falta un cambio de modelo. Ahí hay un mercado potencial para todos los ingenieros.

-Pero la apuesta por las renovables en España va camino de convertir en fracaso una historia de éxito...

-La cuestión de las renovables va condicionada por factores económicos: cuando hubo un momento de bonanza se decidió subvencionar las renovables, hicieron una burbuja y aquello se les fue de las manos porque era un negocio bastante rentable, pero esa mala planificación se cortó después y eso significa que se están modificando las reglas del juego a mitad del partido. Esos vaivenes no se producirían si hubiera un pacto de Estado en política energética.

-¿Cuáles son los retos de la ingeniería técnica ?

-Lo que tenemos que hacer es dar lo mejor que tenemos a la sociedad en todos los campos donde estemos y trabajar con honradez y profesionalidad. Aparte de eso también hace falta que difundan la necesidad de innovación, acceso a la tecnología y que transmitan ilusión.

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