"En la lucha contra el yihadismo, el frente ahora está en internet", indicó ayer el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, en relación con la detención de un exmilitar español en Narón (La Coruña) por hacer proselitismo en favor del Estado islámico. Cosidó acudió a la Delegación del Gobierno de Asturias, donde tuvo lugar la toma de posesión del nuevo jefe superior de Asturias, el madrileño Ignacio José Díaz Salazar, que sustituye al ya jubilado Baldomero Araújo. Cosidó vaticinó una reducción de los delitos y faltas superior al dos por ciento en el conjunto del Estado, y mostró su convencimiento de que el número de infracciones penales en Asturias quedará por debajo de las 18.000. Tanto Cosidó como el delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, resaltaron que la tasa de delincuencia en Asturias, 25,8 infracciones por cada mil habitantes, supone "prácticamente" la mitad de la media española, lo que hace de la región una de las más seguras del país.

No obstante, Cosidó marcó como objetivo una reducción de los "robos en domicilios, que son el tipo de delito que más daño hace a la percepción de seguridad de los ciudadanos". Y expuso otros retos, como la racionalización de horarios en las oficinas de denuncias -un servicio que se presta actualmente las 24 horas del día, 365 días al año, y distrae numerosos recursos humanos- o una mayor integración de los servicios de Policía Científica e Información. Cosidó indicó que la Policía asturiana ha sido pionera en las políticas de innovación, mejora y ahorro, y deseó que siga contribuyendo a los grandes desafíos de España y la Unión Europea, como la lucha contra el yihadismo, la ciberdelicuencia, la delincuencia organizada, la violencia familiar y contra la mujer, y la trata de seres humanos y la inmigración ilegal.

Es en este campo en el que hace unos años destacó el nuevo jefe superior de Asturias, ya que Díaz Salazar fue comisario jefe de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Madrid y luego comisario jefe de la Policía de Tetuán, al frente de la cual logró una importante reducción en el número de delitos. "Este nombramiento es la culminación de mi carrera", aseguró Díaz, muy emocionado durante la jura. "Soy un gran amante de esta región, que conozco bastante al ser mi esposa de la vecina provincia de León", resaltó durante su discurso, en el que confesó su admiración por grandes asturianos, como Severo Ochoa, Margarita Salas, Camín o Nicanor Piñole.

Díaz Salazar se marcó como objetivo "seguir trabajando con la misma intensidad" que el anterior jefe superior. "Si en los ochenta se nos pedía sobre todo eficiencia, y en los noventa un incremento de la calidad del servicio, en la actualidad no solo se nos pide eso, sino inmediatez a la hora de dar una respuesta al ciudadano", indicó.

El director general hizo un repaso de la trayectoria de Díaz Salazar. "Ha pasado por la práctica totalidad de las especialidades, ha sido jefe de la brigada provincial de Extranjería, en Información, Policía Judicial, ha sido jefe de distrito y jefe zonal", indicó. Cosidó también se refirió a los estudios de Derecho del jefe superior y a su cinturón negro de kárate.

El director general no olvidó a Baldomero Araújo, "modelo de lo que debe ser un jefe superior, uno de los grandes asturianos que he tenido el honor de conocer". Gabino de Lorenzo también le lanzó algunas flores al allerano. "Ha dejado una huella humana y de eficacia que perdurará en el tiempo", indicó.

En su discurso, Díaz Salazar lanzó un guiño a los representantes sindicales, al resaltar su "relevancia" a la hora de plantear mejores medios. Entre los presentes ayer se encontraban algunos de esos representantes, como Miguel Ángel Campos, de la Confederación Española de Policía (CEP). "Esperamos que el nuevo jefe superior defienda los derechos de los policías. Tenemos la impresión de que es una persona con la que vamos a poder hablar", aseguró Campos.

Y uno de los primeros retos a los que deberá enfrentarse Díaz Salazar es la falta de medios humanos de la Policía en Asturias, un cuerpo que cuenta con 1.400 agentes para dar servicio a una población de 750.000 personas. Según Campos, "el número de vacantes a 1 de enero de este año era de 268, según el catálogo de puestos de trabajo. El año pasado hubo 60 jubilaciones, y en el último concurso solo han venido diez nuevos agentes. Solo en Oviedo y Gijón faltan 120".

Esta falta de personal hace que algunos servicios no se puedan cubrir y que los agentes vayan rotando entre diferentes grupos. Sin olvidar el mal estado de algunas instalaciones, como las de Buenavista, en Oviedo, o las carencias en cuando a chalecos antibalas y antipinchazos, guantes de seguridad, uniformidad... "A Díaz Salazar solo le pedimos que apoye nuestras peticiones", finalizó Campos.