Íñigo Fernández (Chile, 1962) es el director de la agencia de viajes Alas y presidente de OTAVA (Operadores Turísticos y Agencias de Viajes de Asturias), un colectivo que, en los últimos días, se ha encargado de prestar ayuda a los clientes afectados por el cierre de la empresa Dream Wing Tours, con sede en Siero.
-Un mínimo de 200.000 euros perdidos y más de 250 afectados es el saldo provocado por el cese de actividad de esta agencia de viajes por internet.
-Desde que cambiaron su sede de Avilés a Siero en 2013, se habían publicitado a través de foros de internet y con pegadas de carteles, en los que no informaban de que eran una agencia de viajes ni mostraban su número de licencia. Esta quiebra es la consecuencia de trabajar a bajo coste. Ahora la empresa responderá con el capital social de 60.000 euros, que es el necesario para crear una agencia de viajes, y a partir de ahí se denunciará a la persona al frente de la empresa, que deberá responder con su patrimonio.
-¿Qué repercusión ha tenido en las agencias convencionales la aparición de empresas que organizan viajes por internet?
-En un principio, la gente dijo: internet es más barato. Pero esto ocurre porque no hay personas detrás, ni alquileres o salarios. Hoy en día la diferencia de precios casi se ha igualado, porque los hoteleros se han dado cuenta de que prefieren trabajar con agencias pequeñas. El 60% de las reservas que se hacían por internet daba problemas. Por lo tanto, ahora están volviendo a la agencia física, al cara a cara. Además, si una agencia física comete un error, tiene un aval detrás y un seguro de responsabilidad civil, una garantía que al hacerlo desde tu casa no tienes. El problema es que las agencias on-line, como Rumbo, tienen un aval de 60.000 euros, que es el mismo que el de una agencia pequeña, y factura millones. El riesgo que asumes comprando en una de estas empresas es mucho mayor, tiene riesgos añadidos.
-¿Las instituciones deberían cambiar la situación de estas empresas ante la ley?
-El problema es la descentralización, lo regulan las comunidades autónomas. Mientras existía la ley estatal todas las empresas tenían que ser sociedades mercantiles. Al llegar las autonomías, comenzaron a retirar algunos requisitos, con lo que con una licencia fiscal, darte de alta en Turismo y un aval ya tienes una agencia de viajes. ¿Qué respaldo hay en caso de un problema?
-¿Cuál tendría que ser la regulación adecuada?
-Deberían exigirse unos avales y unas garantías en proporción al volumen de la empresa. A nosotros la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) nos inspecciona las cuentas dos veces al año para comprobar que se es rentable. Una empresa que es IATA, que controla más que Hacienda, tiene más garantías.
-Este año se ve a más turistas por Asturias, ¿es por la recuperación económica o porque muchos ya no quieren pasar las vacaciones en casa?
-Una cosa lleva a la otra. Ha habido una recuperación económica y de puestos de trabajo, aunque estos empleos son relativamente precarios. Sí que hay un mayor volumen de ingresos en la sociedad, y las empresas gastan más. Las personas que trabajaban durante estos años se iban de vacaciones, pero con inseguridad, por lo que el consumo se retrajo y agravó más la crisis.
-Pero, ¿hasta qué punto ha crecido el número de visitantes en la región?
-Sabemos que ha aumentado el turismo y los precios en varios sectores han podido subir algo. También han aumentado el número de pernoctaciones.
-¿Qué tipo de turismo se hace hoy en día?
-Se ve que los turistas nacionales se quedan en España y en Europa. Vuelve el turismo familiar, que estaba muy parado, de costas y de las islas. También existe el de hacer un viaje visitando varias ciudades por Europa. Lo que sí que ha aumentado es el turismo de fuera de temporada, como los puentes o las escapadas de fin de semana.
-¿Por el precio o cambio de costumbre?
-Hay mayor disponibilidad de tiempo. La gente ya se ha acostumbrado a fraccionar las vacaciones, a coger quince días en verano y repartir el resto durante el resto del año.
-¿Han cambiado los hábitos del turista español?
-Hay una evolución generacional en función a la preparación cultural. Ahora la mayoría de gente ha tenido una Educación Secundaria o superior, por lo que viaja a otros destinos distintos.
-España ha comenzado a recibir turistas que elegían otros destinos en la zona mediterránea por su poca seguridad.
-Es una consecuencia lógica. Turquía con los atentados de estos días lo va a notar. El turismo de Estambul se puede ir a cualquier ciudad europea. Además, Túnez y Egipto ya llevan unos años en mala situación. Fuera de Europa, excepto la Riviera Maya, México ha pegado un bajón tremendo, así como Venezuela y Colombia. Donde pones en juego tu vida no vas, como es lógico.
-¿La situación en Grecia ha llegado a afectar la confianza del turista en este país?
-Sí que se creó una inseguridad económica en el momento puntual sobre las dudas de si Grecia iba a salir del euro, pero una vez superado ese problema se ha vuelto a la normalidad.
-Fuera de Europa, cada vez triunfa más el Sudeste Asiático.
-Sobre todo Tailandia, Camboya y Vietnam. La relación precio-calidad es muy buena y conoces nuevas culturas.
-Se habla de que en pocos años habrá mayor cantidad de viajes a bajo coste, además de los nuevos avances tecnológicos que se puedan implantar en los medios de transporte.
-Alguna compañía "low-cost" está estudiando bajar los precios para viajar a EE UU, pero a base de quitar derechos y servicios en la compra de tu billete. Pero no habrá ninguna innovación tecnológica que permita viajar más barato, ya que los nuevos aviones que viajen más rápido tendrán un mayor coste que cubrir.
