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JUAN RAMÓN GARCÍA SECADES | Presidente del consejo de Minas de Alquife

"En mi etapa Villa no mandaba en Hunosa, yo le dije quién iba a ser el presidente"

"Me gusta la política, pero yo ya estoy amortizado y con el ego satisfecho, creo que los tiempos están ahora para un cambio generacional intenso"

Juan Ramón García Secades. LUISMA MURIAS

El ingeniero Juan Ramón García Secades (Oviedo, 1948) asegura que siempre que tuvo que dejar un despacho nunca lo hizo dando un portazo. Quizá por eso ha podido cruzar varias veces la puerta giratoria entre la Administración pública y la empresa. El expresidente de Hunosa y exconsejero de Infraestructuras del Principado es actualmente el presidente del consejo de administración de Minas de Alquife, una compañía de capital alemán que pretende reabrir el próximo año las históricas explotaciones de mineral de hierro del Marquesado, en Granada.

-La mayoría de los mineros en Asturias se prejubilan a los cuarenta y pico años y usted sigue en activo en el sector...

-Respeto a la gente que después de una bien ganada jubilación se va a su casa, con sus hobbies. A mí me gusta mantenerme activo. No estoy en primerísima línea, pero sí en un proyecto complejo y divertido como es la reapertura de las minas de Alquife, que cerraron en 1996 y tienen unas reservas de 100 millones de toneladas, que para estar en el sur de Europa está bien.

-¿Se han encontrado obstáculos para reabrirla?

-Es muy complicado reabrir una mina a cielo abierto porque en los años noventa hubo una experiencia negativa en toda Andalucía con el apagón de la minería por problemas de precios, generando unos pasivos a los que tuvieron que hacer frente las administraciones. Ahora la Junta es extraordinariamente cautelosa.

-¿Ya tienen los permisos?

-Superamos las pruebas medioambientales y técnicas y ahora estamos en el examen de aspectos económicos, que son complicados porque en el último año el precio de los metales cayó a los niveles más bajos de la década.

-¿Se acabó la conocida como nueva fiebre de los metales?

-Desde 2001 hasta 2014 hubo una subida importante de precios. Ahora han bajado, pero aún siguen siendo interesantes los del cobre, el plomo, el cinc y el oro. El hierro bajó a la mitad, lo que condiciona un proyecto como el nuestro, que desde el punto de vista minero es sencillo, pero complejo por el agua que hay que bombear y la logística. Estamos a 110 kilómetros del puerto de mar por el que saldrá el mineral.

-Ahora desde fuera, ¿cómo ve el rumbo de Hunosa?

-He pasado por distintos sitios en mi vida y siempre he procurado hacer dos cosas, salir sin dar portazos y no volver la vista atrás, desde la convicción de que cada equipo directivo toma las decisiones que los tiempos les obligan y lo hacen de la mejor manera que creen posible. Dicho esto, en cuanto a la política del Gobierno en minería del carbón sólo hace falta escuchar a Juan José Herrera, presidente de Castilla y León. El denostado Zapatero supongo que algún día debería ser reivindicado, entre otras cosas, por el comportamiento que tuvo con la minería del carbón, incluso la privada.

-¿Qué luces y sombras destaca de su etapa en Hunosa?

-El balance de esos ocho años fue bueno. Estoy satisfecho de algunas iniciativas que pusimos en marcha y que continúan, y quizá menos de otras como los fracasos de algunas empresas que se crearon a través de Sadim.

-¿Se refiere a empresas de diversificación como Alas Aluminium, Venturo XXI o Diasa?

-La crisis, a partir de 2008, hundió a alguna de esas empresas, aunque es verdad que no sólo era eso. En algunos casos los empresarios y los equipos directivos fueron mejorables por decirlo en términos amables.

-Hunosa estaba en esos consejos de administración.

-Bueno, deberíamos haber sustituido a esos equipos, pero no pudimos. En ocasiones sufrimos mucho con algunos socios que fueron desleales cuando no unos locos. Pero desde la minoría no podíamos hacer nada, la ley de Sociedades es la que es y tampoco encontramos respuesta en la justicia. Esas empresas fracasaron y en algunos casos la cultura de trabajo de las comarcas mineras tampoco ayudó, hay muchos vicios heredados de la situación de la minería y llevarlos a empresas que luchan en mercados muy competitivos es complicado.

-¿A qué vicios se refiere?

-En algunos casos, los problemas que tuvieron las empresas podrían haberse abordado de otra manera si hubiera habido una mayor flexibilidad sindical o de los trabajadores. Esos planteamientos numantinos -que yo puedo entender en términos solidarios- de todos o ninguno, algunas veces acaban en ninguno. Y si se hubieran tomado decisiones de salvar lo posible y sobre eso sanear y construir, a lo mejor se podría haber crecido.

-¿Se siente más orgulloso de su etapa como consejero de Infraestructuras?

-En general estoy satisfecho con las cosas que he hecho en mi vida. He pasado por los sitios con razonable reconocimiento de la gente que había confiado en mí.

-Grandes obras que le tocó inaugurar, como la Autovía Minera, ¿las habría iniciado de depender de usted?

-Ésa es una buena obra que ayuda a articular territorio.

-¿Las hubo malas?

-Quizás alguna está menos justificada.

-¿Cuál?

-No me gusta mirar atrás.

-¿Le gustaría volver a ocupar un cargo político?

-Yo soy una persona política. La sigo bastante de cerca, me gusta, y creo que es muy importante lo público. Dicho esto, yo ya estoy amortizado, el ego ya está satisfecho suficientemente y creo que los tiempos están para un cambio generacional intenso, que es lo que el país necesita. La transición en Asturias está bien pilotada. El Presidente me parece que tiene solvencia ideológica, intelectual, personal y ética. Desgraciadamente no empezó un poquito antes... Habría tenido más recorrido, pero siempre ha sido poco ambicioso para estas cosas. El nuevo gobierno combina bien juventud y experiencia.

-¿Le llamaron para aportar experiencia?

-No, no tendría sentido. Tengo muy buena relación con el Presidente y los dos sabemos en qué situación estamos.

-Este año regresó al Parlamento por el "caso Villa". ¿Con las dietas de Hunosa se puede amasar una fortuna?

-No quiero saber qué ha pasado con este individuo. Tuve una relación intensa con él en Hunosa, e incluso algunas veces de amistad, aunque eran relaciones de amor y odio, muy tormentosas, porque es un personaje muy complicado. El descubrimiento de ese dinero es probablemente lo último que esperaba y ello a pesar de que siempre ha sido un personaje turbio y que por ello no debería sorprender. Si ha hecho algo positivo alguna vez, yo lo tengo olvidado. Como dice Cercas en "El impostor", cuando uno intenta entender las cosas acaba disculpándolas y yo no quiero.

-¿De donde salió el dinero?

-No lo sé. En Hunosa esas cuestiones son transparentes. Es verdad que en un momento dado hubo una situación en la que el conjunto de las dietas de los comités se pagaba a cada sindicato por talón nominativo, y se daban a un representante de cada sindicato, pero todo era legal y blanco, con sus correspondientes apuntes contables. A partir de ahí, lo que hacían con el talón no lo sé. Se suponía que si tenían la confianza de su sindicato para llevarlo lo ingresarían en su caja.

-¿Iban a nombre de Villa?

-Como en el caso de CC OO y del sindicato de cuadros iban a nombre del señor autorizado. El sindicato debería vigilar que esa persona que recibe el talón luego ingresa el dinero, aunque con el carácter que tiene Villa igual no lo vigilaban.

-Con los gobiernos del PSOE, ¿quien mandaba en Hunosa era Villa?

-En mi época no. Los sindicatos tenían una influencia importante por el nivel de afiliación, pero mi época coincide con una etapa en la que el supuesto poder político que el SOMA y Villa habían tenido estaba muy disminuido. Como anécdota, él se enteró de mi nombramiento como presidente de Hunosa porque yo se lo dije. No pude localizarle por teléfono y le puse una nota diciéndole que al día siguiente lo iba a publicar el periódico y que lo supiera. Se enteró por ahí.

-¿En otras ocasiones lo sabía antes que el presidente?

-Es concebible que años antes, cuando este hombre estaba en el comité federal del PSOE, fuera más difícil que se diera mi caso. Me consta que presidentes anteriores a mí tuvieron muchas dificultades con él. Yo no lo sentí como un problema de mediatización. Otra cosa es que a la hora de negociar hubiera que pelear.

-¿En Andalucía lo hará menos?

-Bueno, en todas partes se pelea, pero en Minas de Alquife, como todavía no hemos abierto, no hay masa crítica.

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