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A la caza del oso en Somiedo

El rey del monte asturiano se deja ver antes de tiempo en Somiedo al salir del bosque en busca de alimento, ya que el arándano aún no maduró

Turistas, ayer, avistando osos en La Peral. REP. DE S.ARIAS

Los osos pardos cantábricos están asomando el hocico antes de tiempo en el Parque Natural de Somiedo. La plantígrados abandonan los bosques que les cobijaron con frescura durante el verano en busca de alimento porque las heladas de la primavera han impedido la maduración de los arándanos. Los osos buscan otro tipo de bayas como el pudio, conocido como "escuernacabras" en el concejo, que debido al intenso calor del estío han brotado antes.

"Estamos sorprendidos porque este año están saliendo antes del bosque a por comida, prácticamente no hay arándanos. El crecimiento se echó por tierra con las heladas y otros frutos han engordado antes por la sequía", explica Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP). Esas son las razones por las que los plantígrados se están dejando ver antes de lo habitual. Con normalidad, suelen abandonar los frondosos bosques somedanos a finales de agosto y principios de septiembre. Así, el mirador de La Peral se ha convertido en un punto clave para el avistamiento. Los terrenos calizos que rodean la localidad son el mejor lugar los pudios, de ahí que los osos se estén concentrando en este punto para alimentarse. "Otros años están más dispersos pero la falta de bayas los está concentrando en esa zona", detalla Palomero.

Los osos salen antes y los amantes de la naturaleza han adelantado su viaje a Somiedo para disfrutar de los plantígrados en directo. Cada amanecer y anochecer decenas de personas se concentran en La Peral con prismáticos y telescopios para ver a los ejemplares. "Se les puede observar muy bien porque la caliza contrasta mucho con su pelaje, es un espectáculo extraordinario", sostiene Palomero. Además, señala que se trata de puntos de observación que no perjudican al oso. Están a uno o dos kilómetros: "Se les disfruta magníficamente y no se les molesta". Palomero aboga porque los miradores de fauna salvaje se conviertan en puntos de observación formalmente reconocidos, que se sumarían a "la garantía de que están en un Parque Natural", concluye.

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