El terrorismo yihadista centró la intervención en La Granda del coronel Manuel Morato Ferro. Este estudioso de las relaciones internacionales analiza a continuación diferentes aspectos de esta corriente radical.
-¿Considera el yihadismo el mayor peligro actual para la seguridad mundial?
-Para la seguridad global, desde el punto de vista de un ataque contra nuestros gobiernos, no, pero para hacer daño al ciudadano normal y sentirse amenazado sí.
-¿Por qué está creciendo a pasos agigantados y con una violencia extrema?
-Quizás una de las razones fundamentales es que los terroristas no temen por su propia vida. Este aspecto les hace mucho más peligrosos en sus acciones. No sólo no sienten temor, sino que se inmolan, lo que supone un riesgo añadido para luchar contra esta clase de terrorismo. Además hay que añadir su fanatismo y ser ultras en ideas y comportamiento.
-Muchos proceden de sociedades occidentales, son segunda o tercera generación y han vivido en libertad y democracia. Aun así atentan contra su propia sociedad.
-Esto se debe a que los que están detrás del movimiento yihadista utilizan muy bien los medios de comunicación y las nuevas tecnologías. Antes la captación de los terroristas se hacía en las cárceles y en las mezquitas y ahora también se lleva a cabo a través de internet. Se aprovechan del desencanto de los jóvenes, de sus ideas más revolucionarias. Este sector de la sociedad es más vulnerable. Aquí están el caldo de cultivo y la forma más fácil de captación.
-¿Cómo se puede luchar contra esta persuasión?
-A través de iniciativas de reinserción de estos jóvenes, de actividades que sirvan para concienciar a la sociedad civil y de la coordinación internacional.
-Los países occidentales no son los únicos afectados por estos grupos; los musulmanes son en mayor medida víctimas de sus propios ciudadanos.
-Ésa es una de las razones por las cuales a la hora de hablar de estos temas hay que ser conscientes de que ni los árabes ni quienes practican la religión islámica son culpables de estas acciones. Estos grupos aprovechan la religión para captar y adoctrinar a la gente, hacen una interpretación partidista e interesada del islam. Detrás del terrorismo existe una mezcla de intereses económicos, políticos, religiosos...
-¿España es una plataforma para la captación de terroristas?
-Sí, por nuestra ubicación e historia, pero la formación no se lleva a cabo aquí, se realiza en Turquía y Siria, además de en Afganistán o Irak. España puede ser uno de los objetivos. De forma explícita se está hablando de este país como el lugar donde puede haber un atentado terrorista por parte del yihadismo. España es uno de los objetivos, pero no el que más. Los que en mayor medida sufren el terrorismo son los propios países musulmanes. Salvo el 11-M, afortunadamente, todas las labores que se están produciendo en el territorio nacional son de investigación y prevención, ambas de vital importancia.
-¿Qué herramientas existen para frenar esta corriente violenta?
-Dedicar más esfuerzo económico en la lucha contra el terrorismo. De hecho, España acaba de aprobar un mayor presupuesto para el Centro Superior de Inteligencia que se dedicará a la lucha contra el yihadismo. También son de gran efectividad las actividades de concienciación social en las que analizar este tema y presentar en su justo término lo que es la amenaza real. La sociedad tiene que tomar más medidas y ser consciente de ello sin dejar de levantarnos por la mañana y vivir el día a día sin temor. Por su parte, nuestros gobiernos pueden hacer una gran labor concienciando a los ciudadanos para que cuando sospechen de que puede haber individuos que preparan alguna acción extraña la pongan en conocimiento de las autoridades de seguridad.
-¿Deberían existir cuerpos especiales internacionales?
-Todo lo que sea colaboración internacional, y máxime en este asunto, es fundamental, y Rusia tiene que estar dentro de esta coordinación, es mucho lo que puede aportar. A nivel global, si prescindimos de un actor importante estamos perdiendo capacidades. En este momento, Rusia está tratando este asunto con Estados Unidos, pero no está todavía coordinando sus acciones ni su inteligencia de forma eficaz. Desde mi punto de vista, será muy difícil que este país aporte todo lo que pueda saber, incluso llegando a ese acuerdo. Tiene muy claro que no es lo mismo coordinar cualquier tipo de actividad con quienes consideran amigos que con otros con los que pueden tener relaciones pero no les dan la confianza suficiente.
-Además de los ataques a la población, los terroristas agreden su propio patrimonio cultural.
-No se puede esperar otra cosa cuando sus objetivos también son contra sus propios congéneres. Si ponen en peligro la vida de sus familiares, amigos y la suya propia, el patrimonio cultural no representa nada.
