Inversión en la infraestructura y en el material móvil, junto una mejora de la explotación que potencie los enlaces semidirectos entre las principales estaciones de la red, pero sin abandonar los apeaderos de la zona rural o con un menor uso. Esta es la receta de Luis Blanco Junquera, presidente del comité de empresa de Renfe en Asturias, para relanzar las cercanías de la región. Sin embargo, lamenta que, para recuperar a esos viajeros que se han bajado de los trenes por millones en los últimos años, hace falta una "voluntad política" que no ve "por ningún lado". De ahí que reclame un gran pacto ferroviario a los partidos con representación en la Junta, con el objetivo de salvar un servicio ferroviario que, sobre todo en las líneas de la antigua Feve, se encuentra en "situación crítica". "Lo peor de todo es la total falta de voluntad política; ese esperar hasta ver cuando se cae todo", censura este ferroviario con más de treinta años de experiencia en el sector, convencido de que los asturianos regresarían de buena gana al tren si se les garantizara un buen servicio.
"Cuando se han hecho mejoras como, por ejemplo, duplicaciones de vías la gente ha respondido. Sin embargo, no podemos esperar que un ciudadano que aguarda en la estación por un tren que al final ni pasa, y al que nadie le informe de nada, vuelva al día siguiente", apunta Blanco.
El sindicalista sostiene que, para empezar, sería necesario actuar en unos tendidos en los que no se han ejecutado variantes de trazado ni duplicaciones de vía en los últimos años, excepción hecha del tramo de 7 kilómetros entre Carbayín y El Berrón. "Hay que eliminar curvas, mejorar los trazados y duplicar vías para poder superar la actual velocidad comercial de 60 kilómetros por hora de los trenes de vía estrecha, que no es competitiva", advierte Blanco. Además, considera imprescindible una renovación del parque móvil, para modernizarlo y hacerlo más homogéneo. "En Renfe todos los trenes son Civic, pero en el ancho métrico hay un montón de series en servicio, muchas de ellas anticuadas y con problemas de mantenimiento", añade el presidente del comité.
La fiabilidad del servicio es otra de las claves que apunta Blanco para la recuperación de un servicio de cercanías en el que ve un enorme potencial, desaprovechado por la falta de inversiones en favor de una variante de Pajares en la que se llevan gastados ya más de 3.500 millones de euros. "Los problemas con los trenes hacen que se produzcan cancelaciones y en la mayor parte de las estaciones ya no queda personal ferroviario que atienda a los pasajeros, ni hay otros sistemas de información sobre el tráfico. Así es difícil mantener o ganar viajeros". lamenta Blanco.
Añade el sindicalista que "no se trata de ejecutar proyectos irrealizables, si no de hacer las cosas bien y con seriedad". "Tenemos una red impresionante por toda Asturias; que no funcione es algo alucinante", apunta Blanco, quien, por ejemplo, no considera normal que "el plan de vías de Gijón esté como está". A su juicio, "resulta fundamental que el tren llegue a los centros neurálgicos, al centro de las ciudades, adonde quiere ir la gente". Un estudio del Gobierno del Principado concluye que la llegada del túnel del metrotren a la plaza de Europa de Gijón, y su extensión posterior hasta Cabueñes, permitiría triplicar el número actual de viajeros en la ciudad, hasta llegar a los 3,1 millones.
"Está claro que las cercanías tienen un potencial tremendo, entre otras cosas porque en ningún lado hay un entramado de vías como el que tenemos aquí. La pregunta es si hay voluntad política para hacer que funcione bien. Y la respuesta es que no. En absoluto", sentencia Luis Blanco.
