El presidente del Principado, Javier Fernández, ha advertido hoy que su partido, el PSOE, debe alejarse a toda costa de cualquier tentación de congraciarse con el independentismo, terreno en el que, según ha subrayado, "no caben juegos de máscaras".

Ante las elecciones catalanas del 27 de septiembre, el jefe del Ejecutivo asturiano ha señalado que no sabe lo que sucederá, pero que lo que sí tiene claro es que serán los socialdemócratas los que deberán hacer enfrentarse al nacionalismo de Artur Mas, frente al rupturismo que pregona Pablo Iglesias y al inmovilismo de Mariano Rajoy.

El jefe del Ejecutivo asturiano se ha pronunciado en estos términos durante la conferencia con la que se ha inaugurado hoy en Avilés la Escuela de Verano de UGT Manuel Fernández Lito, que a lo largo de esta semana se dedicará a debatir sobre los retos de una nueva cultura democracia y si asistimos a un cambio de ciclo.

El presidente asturiano, en presencia del líder nacional de UGT, Cándido Méndez, ha asegurado que la crisis económica ha puesto en el aire las imperfecciones de la democracia española, y se ha mostrado convencido de que, si la austeridad no se hubiese aplicado como receta única, este país no se las tendría que ver "con ese artefacto plebiscitario que serán las elecciones catalanas".

Tras asegurar que la calidad de la democracia española "es equiparable a la de cualquier otro estado europeo", Fernández también ha reconocido que sufre "graves problemas" derivados de la corrupción, la desigualdad social, la cuestión territorial, el funcionamiento de los partidos y las instituciones y la eficacia.

En cuanto a la corrupción, ha asegurado que las reformas legales como la Ley de Transparencia que va a remitir a la Junta "en cuanto sea posible" no son suficientes para superarla y que es preciso que los políticos den ejemplo y, los ciudadanos, castiguen con sus votos.

También ha criticado la "doble vara de medir" los casos de corrupción que, en el caso del Partido Popular, le han llevado a asegurar que su presidenta regional, Mercedes Fernández, "carece de autoridad moral para pedir cuentas de limpieza a los demás" cuando no lo hace dentro de su partido en casos como el conocido como "Caso Pokemon".

Sobre la amenaza que supone el aumento de la desigualdad a causa de la crisis, ha mostrado su temor de que en España pueda reproducirse, como en otros países europeos, el auge de fuerzas abiertamente contrarias a la arquitectura democrática.

Fernández también ha planteado la necesidad de que se renueven partidos e instituciones, pero donde más se ha detenido ha sido en la amenaza que supone la cuestión territorial y en las elecciones catalanas, "convocadas con manifiesta voluntad plebiscitaria y secesionista".

"Mi posición es rotunda, claramente contraria a la independencia", ha afirmado el dirigente socialista, que ha insistido en su defensa de un modelo federal con una reforma de la Constitución que aunque no satisfaga a los separatistas, sí que servirá para que la inmensa mayoría de los catalanes y españoles mejoren su pacto de convivencia.

Según Fernández, entre el independentismo y la carencia de iniciativa del PP, el PSOE tiene la doble misión de ensanchar el espacio de convivencia y de liderar un cambio del que, es consciente, que no se podrá hacer sin la participación de los populares y el apoyo de otras fuerzas políticas.

"La corrupción, la desigualdad, la urgencia de reformas institucionales, la transformación de los partidos y la búsqueda de un nuevo acuerdo de convivencia a través de la reforma constitucional aguardan decisión, la audacia política que ahora escasea", ha señalado Fernández, que ha criticado al PP por haber ido aplazando estos problemas y que, en el caso de Cataluña, harán necesario adentrarse en una nueva etapa democrática o segunda transición.

Para el presidente asturiano, el ciclo hegemónico de la derecha ha terminado, aunque es consciente de que puede seguir gobernando tras unas elecciones generales en las que, en su opinión, los dos grandes partidos van a resistir de manera aceptable frente a alternativas como Ciudadanos o Podemos "que súbitamente han perdido frescura".

En el caso concreto de Podemos, ha afirmado que en cuanto les ha dado en la cara el aire de la responsabilidad se han arrugado lo que, "para un partido que invitaba a escoger entre lo nuevo y lo viejo, debe ser un auténtico drama envejecer de repente".