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LUCÍA MARTIÑO DE LA ARENA | Gijonesa y campeona de España de surf

"El 'boom' del surf funciona con el sol, cuando llueve quedamos los de siempre"

"Hacerse un hueco en el circuito profesional es duro, te pasas el año viajando, fuera de casa y lejos de la familia, pero las olas son mi vida"

Lucía Martiño con su tabla.

Lucía Martiño es la gijonesa de ojos azules y cabello dorado que ha revolucionado el circuito profesional de surf. A sus 21 años es campeona de España y viaja por todo el mundo en busca de las mejores olas. Su lema en las redes sociales es "Vive el momento", una frase que refleja a la perfección su pasión por el deporte rey del mar. Martiño, que cogió por primera una tabla a los 10 años, nació para el surf. Su segundo apellido, De la Arena, confirma esta tesis. La joven compagina la competición con los estudios en Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Estos días, cabalga sobre las olas de la playa de Pantín, en Valdoviño (La Coruña), donde se celebra el Pantín Classic, la única prueba clasificatoria del circuito mundial que se celebra en España.

-Se puede decir que su vida transcurre entre las olas. ¿Qué significa para usted el mar?

-Casi todo. En estos momentos, lo más importante para mí es el surf. Gracias a este deporte, tengo el privilegio de viajar por todo el mundo y eso me permite conocer mejor el mar. Nunca le he tenido miedo, pero sí respeto.

-¿Son muy diferentes las olas de Asturias a las que se ven en otros países?

-Sí, totalmente diferentes. Pero a mí me gustan más las de casa, porque son las que mejor conozco. Son olas llamadas "beach break", es decir, ondas sobre el mar que rompen fácilmente y que son muy cambiantes. Cada una puede salir de un sitio distinto dependiendo del nivel en el que se encuentre el fondo de la arena. Por tanto, si no estás acostumbrado, es más complejo cabalgar sobre ellas. En otros puntos del mundo, las olas son de mayor calidad, pero no tienen ese atractivo variable que poseen las del Cantábrico.

-¿Por qué empezó en el surf?

-Siempre me gustó la playa y el mar. Comencé jugando con unos amigos y mis primos al bodyboard. Mi madre vio que se me daba bien y me regalaron la primera tabla para Reyes. A los 11 años empecé a surfear en serio. Primero, en la playa de Vega (Ribadesella) y luego en la de San Lorenzo (Gijón).

-Ahora está compitiendo en el Partín Classic. ¿Espera llegar lejos?

-He pasado las primeras mangas y ya sólo quedamos 24 chicas. Eso para mí ya es un buen resultado. Estos días estaré además en el stand de Zumosol haciendo bautismos de surf y dando clases.

-¿Es difícil hacerse un hueco en el circuito profesional?

-Sí, desde luego. Es muy duro. Hoy en día, los campeonatos se desarrollan prácticamente a lo largo de todo el año. Desde enero hasta septiembre. Eso quiere decir que tienes que estar muy preparada físicamente y también mentalmente. Yo me paso la vida viajando de un sitio a otro. Siempre estoy fuera de casa y lejos de la familia y los amigos. Hay veces que tienes malas épocas, pero como en cualquier deporte: acaban pasando.

-¿Cómo compagina el surf con los estudios?

-Siempre saqué buenas notas y ahora me organizo bastante bien. Los estudios no se pueden dejar de lado. Eso siempre lo tuve presente. Entre competición y competición voy sacando huecos. Lo bueno es que estoy haciendo la carrera de forma on-line y eso me da una mayor flexibilidad. Voy cogiendo asignaturas sueltas y de diversos cursos. Calculo que en dos años pueda acabar.

-¿Por qué tiene claro que no se pueden dejar los estudios?

-En el surf, llegar a estar entre las dieciséis mejores del mundo, que son las que más dinero ganan, es muy difícil. Por debajo, ganas algo de los patrocinadores pero no como para vivir de ello. Además, llega una edad en la que tienes que dejarlo, porque físicamente ya no estás preparado para seguir en la alta competición. Así que yo siempre pensé en hacer una carrera que me sirviese para trabajar en un futuro. Dentro de unos años seguiré disfrutando del surf pero de otra manera.

-El surf está viviendo en Asturias un "boom". ¿A qué cree que se debe?

-Es un deporte muy bonito y que engancha. Lo sabemos bien lo que estamos dentro. Sí es verdad que existe un "boom", porque cuando yo empecé sólo había una escuela de surf en San Lorenzo y ahora hay muchísimas. De hecho, vas un día a la playa y te encuentras con cientos de personas en el mar intentando coger una ola. Pero ese interés por el surf alcanza su punto álgido en verano, cuando hay sol. Los días en los que hace mal tiempo o frío estamos los de siempre, los de verdad, como yo digo.

-¿Es difícil empezar de cero en el surf?

-Sí, pero como en cualquier deporte. Es necesario estar en buena forma física. Si tienes esa base, puede que en una semana consigas ponerte de pie encima de la tabla. Luego ya para seguir perfeccionado, se necesitan muchas horas de agua. Mi afición empezó como un juego y poco a poco me fui metiendo más.

-Está empezando en el mundo de la moda. ¿Le gusta?

-Me encanta. Siempre que tengo tiempo me voy de compras. Y cada vez me gusta más convertirme en imagen de marcas comerciales. Me siento bien y natural, ya que suelo posar con la tabla y en la playa. Me divierto mucho haciendo los reportajes fotográficos y me permiten viajar y conocer nuevos países.

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