A pie, en coche o en autobús, fueron centenares las personas que quisieron pasar el festivo regional en el santuario del Acebo, en Cangas del Narcea. El buen tiempo acompañó e invitó a los romeros a cumplir con su tradición de rendir homenaje a la patrona y de renovar sus peticiones y promesas.

La devoción por la imagen del Acebo se extiende más allá del concejo de Cangas del Narcea y así se pudo ver ayer en el alto donde está situado el santuario gente de todos los rincones de Asturias que asistió a esta fiesta mariana.

Marino Ruiz y Orlindes Cuervo, de Salas, llevan 30 cumpliendo con su cita con la Virgen del Acebo. Aseguran que se trata de una costumbre heredada familiarmente que la mantienen y la complementan con la visita a otros santuarios como el de Nuestra Señora del Viso, en su concejo, o el de la Virgen del Fresno, en Grado.

De Oviedo llegó Victoria Fernández: "Tenemos mucha devoción a la Virgen, que nos viene de nuestros antepasados". Cuenta que en su familia siempre acudieron al santuario del Acebo: "Algo que siempre oímos y vimos en casa y que mantenemos para venir cada año a dar una limosna a la Virgen". A su lado, María del Pilar Fernández, de Tapia de Casariego, que explica que suele pedirle a la Santina del Acebo por la salud y por la familia: "Nuestros hijos llevan las cintas del Acebo colgadas en el coche y todos los años se las llevamos bendecidas para que las cambien".

En la misa, el sacerdote Jesús Bayón destacó que "venimos al Acebo como un hijo que vuelve a casa de su madre, donde la Virgen nos acoge con amor y cariño" y recordó que en un día como el de ayer los devotos llegan al santuario "para agasajar a la Virgen y también para presentar muchas peticiones". Tras la última misa de la mañana se produjo la esperada procesión con centenares de romeros y peregrinos.