El apego por la Santina de la familia Alija llega, literalmente, a lo más hondo. Alejandro Alija y su padre Javier son, desde hace años, algunos de los encargados de sumergirse a más de cuatro metros de profundidad en el Enol para rescatar la imagen de la patrona de Asturias en el día de su fiesta, como sucedió ayer. El hijo de Alejandro Álvaro Alija, de 5 años, se conforma de momento con esperar a su padre y a su abuelo en la orilla para limpiar junto a su madre Vanesa Menéndez y su abuela María Eugenia Bayón a la Virgen de Covadonga cuando toque tierra. Y es que después de todo un año sumergida "sale bastante sucia", apuntó Bayón. Luego, tras la misa, vuelta al lago.