Han tenido que pasar nada menos de cuarenta años para que Avilés se reencontrara nuevamente con la Santina. Antonio Sabino, presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País y expresidente de la Cámara de Comercio de la villa del Adelantado, fue la persona encargada de conducir ayer la ofrenda que diecisiete asociaciones locales hicieron a la Virgen de Covadonga. Sabino dijo estar ilusionado y calificó de "ciudad milenaria" a Avilés. Para justificarlo, recordó que la localidad celebra este año el 450º aniversario de la fundación de San Agustín de la Florida (Estados Unidos) por parte del marinero asturiano Pedro Menéndez y que el año pasado conmemoró el 400º aniversario del pintor Juan Carreño Miranda.

Antonio Sabino ahondó en la historia de su villa y destacó que en un principio los avilesinos vivieron del puerto y de la pesca. "En los años cincuenta, surgió la industrialización y la ciudad experimentó una fuerte transformación. En nuestro territorio se asentaron grandes empresas -muchas de ellas siguen en activo todavía hoy- que dieron a conocer el nombre de Avilés por todo el mundo", manifestó en la basílica de Covadonga sin hacer referencia alguna a la crítica situación que atraviesa la planta aluminera de Alcoa.

Tras este breve discurso, los avilesinos procedieron a hacer la ofrenda a la Virgen. En concreto, le entregaron un bollo de pascua, una reproducción del monumento "Avilés", hecha por el artista Benjamín Menéndez, una pieza de cerámica negra de Miranda, un cuadro de los discípulos de Favila y un trozo de acero de Ensidesa. Todos ellos obsequios que, según el presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País, "representan nuestras señas de identidad". "Le pedimos a la Virgen de Covadonga que nos conceda la misma protección que una madre a sus hijos y que bendiga la unidad de España", anunció Sabino. La ofrenda concluyó con el canto de la Salve "Estrella de los Mares" en los alrededores de la Santa Cueva.