Colunga se sumergió ayer en la tradición de los oficios, los deportes y las labores del siglo pasado para acoger a los asturianos que la eligieron como epicentro de las celebraciones del Día de Asturias. Si la víspera fue bastante tranquila, la entrada principal a la villa se colapsó pasado el mediodía por la gran cantidad de coches que llegaban.

Una hora después, el tráfico volvió a interrumpirse y de nuevo apareció la tradición, pero esta vez a través de la protesta de los ganaderos locales contra la gestión regional de la tuberculosis bovina. Los profesionales cortaron el paso en la rotonda principal de Colunga al grito de "No tenemos vaques pa poner estos lloqueros" y contaron con la complicidad de vecinos y visitantes para elevar su reivindicación.

La celebración del Día de Asturias cortó la carretera general (N-632), pero por la presencia de los puestos del mercado y los oficios tradicionales y para que los ríos de visitantes pudieran fluir de forma cómoda. Entre quienes mayor interés despertaron estuvo el lavianés Raúl Barbón, artesano de la madera y productor de madreñas, así como el herrero José Lobo, de Llanera, de cuyas manos salió una foz y una hoja.

Artesanos del cuero e hilanderas completaron una demostración de oficios artesanos que se combinó con 120 puestos de lo más variado y en los que la comida triunfó por encima del resto. De que bajasen la borona preñada, las empanadas, los bollos preñaos y los tortos que se pudieron degustar en el mercado se encargó, en parte, Ubaldino Martínez, quien repartió culetes de sidra invitando a los presentes a comprar papeletas para la fiesta del Rosario, que se celebrará en la vecina localidad de Güerres en octubre.

Martínez se enfundó en la vestimenta de un paisano para "dar un poco de ambiente" y transportó la sidra en una carretilla de madera que remataba el cuadro, también protagonizado por Maribel Collado. En su camino se cruzaron, por ejemplo, los lucenses Jesús Prieto y José Ramón Reguera, que recorriendo el norte en bicicleta desde Irún se toparon con la fiesta asturiana. "Nos han dicho que es el último día del verano aquí", explicaba Prieto antes de que alguien le aclarara que se trataba de una celebración similar al Apóstol en Galicia. "¿Tan grande?" se preguntaba sorprendido el ciclista, ansioso de fiesta.

Más informados estaban los extremeños Pilar Arbide y Mario Barrocal, quienes no dudaron en participar en una auténtica "carrera de panolles" en el parque Hernán Pérez Cubillas, donde vieron y probaron otros muchos juegos tradicionales. La música y los bailes tradicionales como los que Addisu Suárez y Alexia Martínez, del grupo local "Xagardúa", realizaron ante las autoridades locales y regionales , remataron una jornada muy soleada y con claro sabor asturiano.