Infiesto se vistió ayer con las mejores galas para honrar a su Virgen de la Cueva. Aunque hubo muchos, algunos echaron en falta una mayor participación de feligreses ataviados con el traje regional. De hecho, el párroco, Manuel García Velasco, animó a recuperar en sucesivas ediciones la antigua tradición de que los vecinos de la zona acudan al santuario vestidos de asturianos y con ofrendas.

Cada uno llevaba lo que podía: ramos, gallinas, maíz, huevos... Las fotografías antiguas que se conservan son el testimonio gráfico de que había representación en la Cueva de la mayoría de las parroquias del concejo. Con todo, en la fiesta no faltó el buen ambiente y duró hasta bien entrada la tarde con música y actividades infantiles.

El párroco también aprovechó para invitar a los piloñeses a colaborar, aportando fotos de bodas, en otra iniciativa interesante que están desarrollando el propio García Velasco y el profesor Gustavo Bueno. Se trata de un libro sobre la historia y leyenda de la Virgen de la Cueva. El sacerdote explica que ya están ultimando el proyecto y en estas 150 páginas que tendrá la obra quieren incluir documentación gráfica que complete el texto sobre uno de los centros de lugar de peregrinación mariana más destacada de la región. Además, la devoción y la espectacularidad del entorno, de la cueva junto al río, ayuda a que sea un santuario muy demandando por muchos novios para contraer matrimonio. De ahí que quieran recuperar parte de esa historia de la gruta.

El párroco explica que sobre 1.530 es cuando se tiene registrado y constancia del primer dato histórico de la existencia de devoción mariana en la capilla de la Inmaculada Concepción. Pero Longo, que ha estudiado el asunto ,dispone de "datos fehacientes" de que el origen del santuario es anterior. De ahí que la Cueva sea un lugar muy especial para los piloñeses, con gran atractivo también para los foráneos.