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JOAQUÍN DÍAZ | ESCRITOR, MÚSICO Y EXPERTO EN CULTURA TRADICIONAL

"La III Guerra Mundial empezó hace años y los refugiados son su consecuencia"

"Antes que la lectura debe estar el interés por la vida como relato y como fuente de expresión"

Joaquín Díaz. fundación joaquín díaz

El músico, experto en folclore y escritor Joaquín Díaz (Zamora, 1947) tiene raíces asturianas, en el concejo de Cabrales, pero visitará por primera vez Cudillero el domingo 4 de octubre. Traerá bajo el brazo un relato sobre este concejo por iniciativa de la asociación "Amigos de Cudillero". Conoció al colectivo en Valladolid y este año la organización liderada por Juan Luis Álvarez del Busto ha decidido que sea el protagonista de la Fiesta Literaria de la Mar y del trigésimo tercero Cuaderno literario dedicado a Cudillero. Se siente bien con este premio, "muy agradecido por todo".

-Escribirá un cuaderno sobre un concejo de Asturias que todavía no conoce. ¿Qué ideas tiene?

-En primer lugar estoy muy agradecido por el premio. No me lo esperaba. Conocí a los organizadores hace tiempo, en un acto de la asociación en el centro asturiano de Valladolid. Admiro su trabajo. En cuanto al relato, yo, que vivo en un entorno tan diferente desde el punto de vista paisajístico, en un mar de trigo y cebada, trataré de transmitir que el ser humano ha modificado la tierra, pero no el paisaje marino, salvo en una parte superficial. Tal vez mi reflexión vaya por ese camino...

-Visitará Cudillero. ¿Cómo se ve desde Urueña el Occidente asturiano?

-Será la primera vez que visite la villa y lo haré prometiendo volver. Si fe es creer lo que no vimos, como decía el catecismo del Padre Astete, yo he tenido fe en la descripción que me hizo Juan Luis Álvarez del Busto y que me hizo enamorarme de un lugar tan especial. La lectura de los cuadernos de quienes me precedieron afianzó ese cariño y además despertó mi imaginación. Así, desde la imaginación y desde el afecto, veo, encastillado en Urueña, este Cudillero literario y sugestivo.

-¿Por qué la sociedad necesita música en el amplio sentido de la palabra?

-Porque el ser humano necesita la belleza y precisa de los lenguajes -y el musical es uno de los más expresivos- para comunicarse y transmitir esa belleza. No se me ocurre nada más corto y al mismo tiempo más exacto.

-¿Necesita esta sociedad ser más sensible al arte en todas sus expresiones?

-Siempre: la vida es un constante aprendizaje y el arte habitualmente sedujo al ser humano, en particular el arte de comunicar con palabras y sonidos.

-En las décadas que ha dedicado al estudio de la música y el folclore, de las tradiciones... ¿Qué le ha impactado más?

-Conocer a gentes que sabían llevar la vida a cuestas con dignidad y sin una queja. Maestros del verbo y del gesto que convertían en rito todo lo que tocaban o decían.

-¿Considera que no se estudia lo suficiente el folclore, lo tradicional?

-Yo creo que más que estudiarlo hay que practicarlo, o, mejor dicho, redescubrirlo en nuestro propio entorno y en nuestra educación.

-¿Por qué cree que debe estudiarse más música? ¿Están bien planteados los planes de estudios?

-La música entra por el oído y va directamente al corazón pasando por el cerebro. En ese camino se encuentra a veces con algún plan de estudios, pero no es lo más importante.

-¿Hemos olvidado nuestras raíces, tenemos en cuenta nuestra identidad y nuestro pasado para no repetir errores?

-Nuestras raíces están aletargadas, hibernadas. Pero en la existencia de cada persona hay muchas primaveras y muchos amaneceres. Confío en eso y en el buen criterio de todos los españoles.

-¿Qué opina de la situación política actual? ¿Y del desafío secesionista catalán?

-Los españoles tal vez tenemos muchos tópicos adheridos a nuestro carácter, pero debajo de esas capas poco trascendentes creo que hay una gran sabiduría, una sabiduría esencial y secular. He dicho muchas veces que España no sería lo que es sin sus mugas, sus fronteras internas. En la medida en que todos sepamos cuáles son esos límites y que tengamos interés en conocer lo que hay más allá, se superarán los más difíciles problemas. El tema catalán no es nuevo ni grave -los nacionalismos tienen casi doscientos años de antigüedad-, pero me temo que ahora se recrudece con problemas internos y nuevos: ¿quién puede considerarse catalán? ¿Puede ser la genealogía una forma de discriminación y en el fondo de racismo? Ahí dejo estas preguntas.

-En cuanto a la literatura, ¿cree que debemos leer más?

-Antes que la lectura debe estar el interés. Interés por la vida como relato y como fuente de expresión. Eso es algo que no se improvisa. Cada uno verá luego por dónde le encaminan sus preferencias.

-La sociedad en la que vive ha cambiado mucho desde que usted decidió dedicarse a ser estudioso de la música, del folclore. ¿Qué les diría a los jóvenes?

-Que traten de seguir siendo jóvenes toda la vida, que eso no depende de la edad, sino de la curiosidad y del entusiasmo.

-¿Qué le parece el drama de los refugiados sirios? ¿Cree que las respuestas son las adecuadas?

-Es una lacra para la sociedad. La III Guerra Mundial hace años que empezó y éstas son sus consecuencias. No soy muy optimista en ese aspecto. Pienso que podemos hacer muy poco por corregir el origen de todo el mal, que está muy lejos de nosotros, aunque tal vez podamos aliviar sus consecuencias y humanizar el problema.

-¿Cuál es el último libro que ha tenido en su mesilla de noche?

-Siento mucho no responder con un título al uso: "Los insectos del viñedo", de Aurelio Ruiz. Es que estoy preparando una exposición sobre el vino y me gusta informarme...

-¿Se atreve a recomendar alguna lectura?

-"Mater Dolorosa", de José Álvarez Junco, por ejemplo.

-Vive en Urueña, la villa del libro y el paraíso castellanoleonés de las bibliotecas. ¿Cómo define este lugar?

-Un lugar para vivir y soñar.

-¿Cómo es su día a día en esta localidad?

-Me levanto a las seis de la mañana y escribo o estudio hasta las nueve, que abre la Fundación Joaquín Díaz. A las dos de la tarde paro para comer, casi siempre en compañía de alguien -gente que trabaja aquí o investiga- y media hora más tarde estoy trabajando de nuevo hasta las 8 de la tarde. Después me pongo a escuchar música hasta las diez que me acuesto, no sin antes haber hecho un repaso a la actualidad por 15 o 20 cadenas de televisión de todas las tendencias y procedencias.

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