A Celia Prada no se la esperaba hasta el día 23, pero le dio por nacer ayer. Así que lo que iba a ser una revisión rutinaria se convirtió para su madre, Andrea Rodríguez Celaya, en la recta final del embarazo. De tal manera que el padre de la criatura, David Prada, presidente del bando de la Guía de Llanes, se perdió la procesión del día grande, en la que participaron más de mil aldeanas llaniscas y cientos de porruanos. Celia, vestida de danzante como manda la tradición, será ofrecida a la Virgen llanisca el año que viene.

Es lo que hizo ayer por partida doble Carlos López, pues ofreció a dos de sus cuatro hijas, Rocío y Emma, de dos meses de edad. Junto a ellas, otra treintena de bebés, en su primer año de vida, fueron alzados al cielo para que la Virgen los ampare. El 8 de septiembre es para Carlos "el día más grande del año".

"La fiesta de la Guía es impresionante", aseguró con acento inglés Ryan Gornall, vestido de porruanu y con su hijo Liam, que cumple dos años el domingo, sobre los hombros. "Sobre todo, por cómo la siente la gente. En Inglaterra ya no queda nada de esto, se ha perdido", añadió. Cuando Ryan pidió la mano de la que hoy es su esposa, Ainhoa Aguirre, ovetense, con casa en Cue y de la Guía. El británico advirtió que sólo se casaría en la ermita de la Guía, ubicada en un paraje que lo tenía embelesado. Dicho y hecho.

Toni Valle llevaba en su carrito a su hija Macarena, y justo a su lado Borja Cue hacía lo propio con su pequeña Lola. Las dos, vestidas de llaniscas, dormían durante la procesión. Una procesión a la que no pudo ir, muy a su pesar Félix García, pues empezaba a trabajar al mediodía en un restaurante. Pese a ello se vistió de porruanu para acompañar un rato a su hijo Eliam, de 14 meses.

Isabel Fernández es de la Guía "hasta la cabeza", como su hija Adriana Moreno, de 7 años. Cuando conoció al que hoy es su marido, acérrimo de otro bando local, el de la Magdalena, hicieron un pacto: los varones serían de la Magdalena y las féminas de la Guía. Eso sí, una "cláusula adicional" establecía que los varones, en su primer año de vida, serían ofrecidos a la Virgen.