Decenas de velas brillan con fuerza en la sencilla ermita de Pastur. Decenas de pequeñas luces que contienen esperanzas, promesas y muestras de agradecimiento hacia la Virgen de Pastur. Ayer, durante la festividad de la Natividad de Nuestra Señora, cientos de fieles y devotos romeros visitaron el santuario de Illano, que se quedó pequeño en una de las fechas señaladas en el calendario. A pie, a caballo o en coche, fueron numerosos los que acercaron a este rincón del Occidente para no faltar a la cita con la venerada imagen, en una jornada en que el tiempo acompañó.

Son muchos los que tienen especial devoción por Pastur, y tienen a la Virgen como faro de su vida. Es el caso de Julián Lorenzo, que cada año, el 8 de septiembre, emprende viaje desde Gijón hasta el santuario. En esta ocasión, le acompañaron su mujer y sus suegros. "Tengo una promesa hecha desde hace más de veinte años. De aquí me encanta la devoción que hay, es increíble", señala, afirmando que han llegado hasta la ermita fieles de Lugo, A Coruña y hasta Vigo. Y es que las raíces de la romería se remontan siglos atrás, y encuentra un fuerte arraigo entre quienes la conocen. "Yo recuerdo hace muchos años, cuando la carretera era de gravilla. El coche aún tiene polvo en el motor desde entonces", bromeó Lorenzo.