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Vueling se queda en tierra este verano

Los continuos retrasos de la compañía obedecen a que la alta carga de vuelos estivales dificulta que haya aviones auxiliares para sustituir a los averiados

Una programación estival cargada de vuelos para aprovechar al máximo el tirón de las vacaciones, pero que dificulta fletar aviones auxiliares con cierta rapidez en caso de averías o de problemas en las aeronaves con rutas asignadas. Esta es la principal razón que esgrimen las fuentes aeroportuarias consultadas para explicar porqué Vueling presenta este verano un cúmulo de retrasos, en ocasiones superiores a las 17 horas de duración, que no solo afectan a Asturias, sino también a otras terminales de la red estatal e, incluso, internacional.

Las autoridades aeronáuticas italianas han amenazado a la compañía con retirarle la licencia para operar en el país transalpino a causa de las graves demoras y suspensiones de vuelos que acumuló en el principal aeropuerto de la ciudad de Roma.

El primer gran incidente de Vueling este verano en Asturias guardó relación con los problemas en Roma, según han confirmado a este diario fuentes oficiales de la compañía. Ocurrió el pasado 31 de julio, cuando el enlace entre Santiago del Monte e Ibiza acumuló un espectacular retraso superior a las 17 horas, para indignación de los 266 pasajeros afectados, muy críticos con el trato recibido por parte de los responsables de la aerolínea.

Un portavoz de Vueling explica que esa demora obedeció al colapso que se acababa de producir en el aeropuerto de Roma, su segunda gran base de operaciones tras Barcelona, debido a un incendio en sus inmediaciones y a un posterior fallo eléctrico. El caos de la compañía en la capital transalpina llegó a tal extremo que las autoridades italianas le abrieron un expediente, con la amenaza de quitarle la licencia de vuelo.

El 30 de agosto, otro avión de Vueling, en este caso de la ruta hacia Palma de Mallorca, sufrió un retraso de más de doce horas. La nave, con 150 pasajeros a bordo, se vio obligado a suspender la maniobra de despegue y regresar a la terminal a causa de una avería en uno de sus motores. Tenía el despegue programado para las tres menos cinco de la tarde y no partió de Asturias hasta después de la una de la madrugada. Las quejas del pasaje por la falta de asistencia también fueron unánimes en este caso.

Apenas 48 horas después, un fallo en la asistencia en tierra que Iberia presta a Vueling y a otras compañías en Santiago del Monte desembocó en nuevos retrasos de consideración en los enlaces de esta última aerolínea con Barcelona y con Sevilla. Superaron las cinco horas.

Al día siguiente los problemas de Vueling se trasladaron al enlace entre Málaga y Asturias, con una demora de cinco horas. Los pasajeros denunciaron que estuvieron más de 50 minutos dentro del avión, a altas temperaturas y sin que nadie les informara.

El pasado día 5 hubo retrasos de más de tres horas en los enlaces de Vueling a París y Barcelona, y este martes las demoras llegaron a seis horas en la conexión con Sevilla y a más de tres en la de Barcelona.

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