La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Estudié en una escuela rural, la de Felechosa, con cuarenta niños en clase"

Genaro Alonso. MARÍA GÓMEZ

-Los presupuestos de los últimos años, con la crisis, maltrataron a la cultura y el patrimonio.

-Hay que dar un impulso a estas áreas sobre todo en mantenimiento y difusión. He pensado cosas, pero necesitamos precisar objetivos. Acabamos de nombrar al vicenconsejo de Cultura y a la directora general de Patrimonio. Nos hemos tomado nuestro tiempo.

-¿Dónde estudió?

-En la escuela rural de Felechosa. Éramos cuarenta niños en clase. Cuando terminé la enseñanza primaria me llevaron al Seminario, interno.

-¿Iba para cura?

-No tenía vocación. Mi familia era humilde, yo era buen estudiante al parecer y el Seminario permitía seguir estudiando. Para mi aquello fue muy importante y estoy agradecido a todos los que me ayudaron. Estuve allí hasta COU, que por cierto fue mixto. Una novedad. En realidad la sede del Seminario para los alumnos más pequeños era Covadonga. Las clases las teníamos en la actual casa de la Escolanía. Imagínese a un niño pequeño, de Felechosa, al que su familia deja un día solo en Covadonga. No se imagina lo que lloré yo aquella noche.

-Le proponen ocuparse de la Consejería y ¿lo dudó mucho, poco o nada?

-Llevo en esta casa desde hace 22 años, conozco su funcionamiento y, sobre todo, los centros educativos. Por un lado el reto me atraía, por otro me preguntaba si iba a ser capaz. Esta consejería abarca un mundo muy vasto. Lo medité y lo consulté en casa. Y al final recordé la frase de Píndaro: hermoso es el riesgo.

-Tendrá menos tiempo para leer.

-No soy un lector voraz pero procuro hacer como aconsejaba Unamuno: leer como beben las gallinas, levantando la cabeza. Es bueno leer con intención y lentitud. Leer reflexionando.

Viene de la página anterior

Compartir el artículo

stats