El Papa Francisco felicitó ayer a Gabino Díaz Merchán por cumplirse las bodas de oro de su ordenación episcopal. Lo hizo a través de una misiva que leyó el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, durante un homenaje en la Catedral al que dirigiera la Archidiócesis durante 33 años y que hoy ocupa el mismo cargo emérito. "Le expresamos nuestra más cordial felicitación por la diligente y variada labor pastoral, llevada a cabo a favor de los fieles a él confiados, recordando su entregada dedicación a la Conferencia Episcopal Española. Desde el Palacio Vaticano, firmado, Francisco Papa", dice la misiva.

La carta del Santo Padre no fue la única dirigida ayer a Díaz Merchán, que a su 89 años tomó la palabra al final de la celebración para agradecer las muestras de cariño, "pedir perdón por los errores cometidos" y asegurar que "por encima de los sinsabores de la vejez, prevalece en mí la alegría de vivir consagrado a la Iglesia". Así, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, excusó su presencia en la misa-homenaje por encontrase en la reunión de presidentes de Conferencias Episcopales de Europa y alabó al arzobispo emérito de Oviedo al afirmar que "pertenece a a una generación de obispos con la que hemos contraído una deuda impagable quienes asumimos posteriormente las tareas pastorales. ¡Gracias por su trayectoria larga y luminosa!".

Sanz ofreció una sentida homilía plagada de datos biográficos del homenajeado -manchego de nacimiento, cuyos padres murieron fusilados en la Guerra Civil, o partícipe en la última sesión del Concilio Vaticano II- y en la que también descubrió la estrecha amistad que les une: "Más de una tarde, cuando subo a su casa para pedirle consejo, para confesarme, para que me cuente cosas o sencillamente para charlar como si fuese mi hermano mayor, se me pasan los minutos sin que me dé cuenta". El arzobispo de Oviedo dibujó la sonrisa en la cara de los fieles al revelar uno de los secretos de Díaz Merchán; su móvil, un teléfono "realmente piadoso" que usa como alarma para avisarle de tareas cotidianas. "Mire, ya me está avisando de que faltan diez minutos para comer", les dijo a los periodistas el manchego al final de la celebración, de la que salió del brazo de su amigo Sanz Montes.