El arrestado estaba bajo el foco policial desde poco después de la desaparición de Denise Thiem, que fue vista por última vez a comienzos del pasado abril en Astorga. Antes de que concluyera ese mes, Muñoz acudió a una entidad bancaria de la capital maragata para cambiar algo más de mil dólares por unos 900 euros. La operación despertó las sospechas de la cajera, que decidió hacer una fotocopia de los billetes para entregársela a la policía. La numeración de los dólares permitió comprobar que se trataba del mismo dinero que había traído a España la peregrina estadounidense. Convertido entonces en el "sospechoso número uno", Muñoz accedió sin problemas a que agentes de la Policía Nacional con base en Astorga registrasen su cabaña. No encontraron pruebas ni nada relevante, por lo que no fue detenido, pero, según indican fuentes de la investigación, sí quedó bajo vigilancia.

Después de que el senador estadounidense John McCain se interesara personalmente por el caso, la Policía reactivó las labores de búsqueda de la peregrina, con un espectacular despliegue del que formó parte el mismo equipo que dio en Rumanía con Sergio Morate, acusado del doble crimen de Cuenca. El incremento de la presión policial hizo que Muñoz decidiera abandonar la zona. Se subió en un autobús de la empresa Alsa en dirección a Asturias, para hacer la ruta primitiva del Camino de Santiago. En el albergue de Oviedo no hay constancia de su paso, pero el madrileño ya cubrió el lunes, día 7, el itinerario entre la capital del Principado y San Juan de Villapañada (Grado), en cuyo albergue hizo noche, muy integrado con el resto de peregrinos y en un ambiente festivo. Quienes le vieron aseguran que no llevaba compañeros fijos de ruta, pero que no rehuía para nada el contacto con otros caminantes. Al día siguiente, durmió en Bodenaya (Salas) y siguió adelante por Tineo y Allande, a través de la denominada "ruta de los hospitales", para pasar la noche del jueves en el albergue de Berducedo y llegar a mediodía del viernes a Grandas de Salime.

Entonces, Miguel Ángel Muñoz ya estaba siendo buscado intensamente por la Policía y la Guardia Civil. En una sierra localizada en su cabaña se habían encontrado rastros de ADN de Denise. En torno a las cuatro de la tarde del viernes, cuando descansaba sentado en la terraza del bar Centro de Grandas de Salime, fue encañonado por un policía de la comisaría de Luarca. "Es muy peligroso", reconoció el agente al resto de la clientela para justificar su expeditiva actuación en plena calle.

"Yo no hice nada" fue lo primero que dijo el ya detenido a los policías. Sin embargo, cuando era trasladado en helicóptero desde Grandas a Astorga para ser puesto a disposición judicial reconoció ser el autor de la muerte de la peregrina. "He sido yo, la maté, no lo quería hacer, pero le di un golpe y luego otro, no quería matarla; yo os llevaré donde está", les dijo Muñoz a los policías durante el vuelo, según ha desvelado el diario "El Mundo". Y así fue. Una vez en la capital maragata, les guió a su finca de las inmediaciones de Castrillo de los Polvazares, a la que se accede por una pista forestal que lleva a los términos de Santa Catalina de Somoza y de San Martín de Agostedo. Allí, semienterrados y tapados con unas ramas estaban los restos mortales de Thiem, en avanzada descomposición.

Los investigadores tratan de determinar ahora si Muñoz habría actuado contra más mujeres que hacían la ruta jacobea y a las que habría tratado de atraer a su finca pintando señales falsas similares a las que hay en el camino. Una alemana ha asegurado que hace un año sufrió un intento de ataque en la misma zona en la que vive el detenido.