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La poda de Mercedes Fernández en el PP

La presidenta de los populares asturianos culmina con el traslado de Fernando Goñi - al Senado la desarticulación del equipo que dirigió su predecesor, Ovidio Sánchez

La poda de Mercedes Fernández en el PP

Golpe de mano de Mercedes Fernández en el PP asturiano nada más arrancar el nuevo curso político. La presidenta de los populares culmina con el traslado al Senado de su "número dos", más virtual que real, Fernando Goñi, la desarticulación del equipo que dirigió su predecesor, Ovidio Sánchez. La dirigente ha tirado de perseverancia y ciertas dosis de mano izquierda para completar en algo menos de cuatro años el plan que su otrora mentor, Francisco Álvarez-Cascos, había propuesto a Ana Mato, carta mediante, en junio de 2010, cuando el "general secretario" puso toda la carne en el asador para ser el Fraga asturiano.

"El PP de Asturias necesita abandonar la rutina y hacer un esfuerzo sin precedentes para mejorar su organización y sus candidaturas", planteaba Cascos a la por entonces vicesecretaria de organización del PP, en una misiva en la que pedía la celebración de un congreso extraordinario para formar "nuevos equipos, de dirección y candidaturas" en Asturias. El análisis de Cascos era compartido por Mercedes Fernández, que le acompañó en buena parte de los actos que tuvieron lugar entre aquel verano y diciembre, desde Gijón a Valencia de Don Juan.

Los destinos políticos de Mercedes Fernández y Francisco Álvarez-Cascos comenzaron a separarse en los primeros días de enero de 2011 cuando el general secretario se dio de baja en las filas del PP para promover un nuevo partido y la, por entonces, Síndica, pasó a un segundo plano... Eran los tiempos en que los partidarios de Cascos defendían la necesidad de usar la "motosierra" en la derecha asturiana. La victoria forista en las autonómicas de 2011 y la caída de los populares, relegados al papel secundario de tercera fuerza política en Asturias, provocó que Mariano Rajoy y Dolores de Cospedal apostasen por un "plan b" para Asturias, en el que Mercedes Fernández desempeñaría, a la postre, un papel decisivo. Primero fue cabeza de lista por Asturias en las generales, con victoria incluida y luego candidata a la presidencia del Principado en un cruce de caminos sorpresivo, propiciado por la renuncia de Cascos tras sólo medio año al frente del gobierno asturiano. Entre medias, Gabino de Lorenzo, el "todopoderoso" alcalde de Oviedo que ejerció su influencia sobre el partido con la aquiescencia de Ovidio Sánchez, cedía un bastón de mando municipal huérfano de las mayorías absolutas de las que tanto había presumido para un destino más cómodo como Delegado del Gobierno.

Había llegado el momento de Mercedes Fernández. Hacerse con la presidencia regional del partido era cuestión de tiempo, el que transcurriera hasta la celebración del próximo congreso regional, sin convocatorias extraordinarias de por medio pero con las garantías debidas. Mercedes Fernández pidió "carta blanca" para hacer la lista regional y la tuvo. La que fuera Delegada del Gobierno durante el segundo mandato de José María Aznar dio pistas de por dónde iban sus planes. Recuperó para la candidatura y para el PP asturiano a uno de sus antiguos colaboradores en la Delegación del Gobierno, Luis Venta Cueli, desengañado y decepcionado con la evolución del proyecto forista, y apostó por la economista Emma Ramos, que renunció al puesto de Interventora general en el gobierno de Cascos para incorporarse a la lista de renovación, de la que se caía nada menos que Joaquín Aréstegui, jefe del grupo parlamentario en la última etapa de Ovidio Sánchez. Los resultados de las autonómicas de 2012 no fueron, ni de lejos, los que esperaban los populares asturianos: otra vez diez diputados, como los obtenidos por Isabel Pérez-Espinosa, y de nuevo el PP en el tercer escalón de la política regional, por detrás de socialistas y foristas. Pese al revés, el "plan b" seguía adelante y Mercedes Fernández contaba con la imprescindible bendición de la cúpula de Génova para concurrir al congreso regional frente al concejal gijonés Manuel Pecharromán, que no pudo llegar a la votación final por falta de avales. Una de las primeras decisiones de Mercedes Fernández, apenas cuatro meses después de su elección, fue poner una gestora al frente de la junta local de Gijón, y desalojar de la dirección a Pilar Fernández Pardo, con la que mantenía una enemistad política fuera de toda duda.

El apoyo, trabajo y avales que amarró Fernando Goñi para que Mercedes Fernández ganara el congreso con la holgura de un 84 por ciento debieron de pesar, y mucho, para que la presidenta regional mantuviera al diputado gijonés como secretario general, teórico "número dos" del partido en Asturias. Con el paso de los meses, las decisiones demostraron que una cosa eran los cargos del organigrama y otra muy distinta los galones puertas adentro de la organización, sobre todo cuando el secretario de organización, Luis Venta Cueli, fue designado responsable de la campaña electoral; ya era mucho más que el "número tres" del partido en Asturias, pese a que se quisiera llevar con discreción.

Las formas también tuvieron que ver, y no poco, en que el secretario general del partido repitiera en la lista autonómica para las elecciones de mayo. Aunque era evidente la falta de complicidad entre Mercedes Fernández y Fernando Goñi, el diputado fue en un puesto de salida, el número cinco. "Quedaría feo que un secretario general fuera más abajo", se justificaba en "petit comité" frente a las voces internas que clamaban por una renovación total y veían en Goñi el último vestigio del "ovidismo".

La decisión sobre la salida de Goñi comenzó a gestarse tras la celebración de las últimas elecciones autonómicas, algo parecido a lo que ha pasado con Cospedal en el PP nacional, donde Moragas ha tomado un papel protagonista sin nombramiento de por medio. David González Medina, descabalgado por una sentencia judicial de la polémica Junta Local de Gijón, había quedado fuera del Parlamento por un solo escaño y la salida de Goñi al Senado permitía correr la lista y solventar dos papeletas con un solo movimiento. La poda siguió su curso el pasado lunes cuando Mercedes Fernández comunicaba primero a Goñi y luego al comité ejecutivo regional la marcha del secretario general al Senado. Sin motosierras ni pulsos internos, de la etapa de Ovidio Sánchez ya no queda nadie en el círculo de confianza de Mercedes Fernández. Ni siquiera Agustín Iglesias Caunedo, al que los resultados de las municipales apartaron de la presidencia del comité de alcaldes. Y todavía podría haber más cambios en la parte administrativa del partido.

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