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Argüelles encumbra la faba

Los agricultores de la localidad sierense se especializaron hace un cuarto de siglo en la plantación de judías, que también envasan y comercializan

Huergo muestra unas vainas en Argüelles. F. TORRE

"En Argüelles siempre se plantó faba. Mis abuelos ya plantaban. A lo mejor no era una faba común, porque se recogía de manera más precoz, y era una actividad suplementaria de las caserías. Pero siempre se plantó faba". Así explica Ulpiano Huergo, uno de los componentes de la Sociedad Civil "San Martín", que aglutina a los productores de faba de Argüelles (Siero), el fuerte vínculo de esta localidad con la faba. Un producto del que cada año salen de las tierras de Argüelles en torno a diez toneladas, que son especialmente valoradas por su sabor y calidad.

La producción de faba en la localidad tuvo un antes y un después a finales de la década de 1980, cuando los productores locales comenzaron a asociarse. "A mediados de esa década empieza a haber gente que se dedica por completo a la faba. Antes, lo que había eran explotaciones lecheras que se complementaban con varios productos, entre ellos la faba", relata Huergo.

En aquel tiempo, la faba solía plantarse con maíz, pero ya entonces comenzó a abandonarse esta práctica. "Con los jabalíes es imposible", explica Huergo, "porque el jabalí ataca el maíz y te destroza la faba". La proliferación de jabalíes, aunque se ha extendido por toda la región en los últimos años, afectó de manera muy temprana a toda esta zona de Siero, según explica Huergo: "Empezaron a proliferar desde que los militares ocuparon La Belga. Antes, había muchas fincas en esa zona y los montes estaban cuidados. Pero desde que se instaló el acuartelamiento Cabo Noval, eso fue dejándose y los jabalíes encontraron un entorno adecuado para asentarse", relata.

Para entonces, en todo caso, las dinámicas de explotación habían cambiado, la necesidad de modernizar las plantaciones era perentoria y los productores optaron por asociarse. "La sociedad nació en torno a 1990. La creamos porque queríamos comprar maquinaria en conjunto, porque lo de ir con el burro y el carro se acabó. Queríamos mejorar los rendimientos y rebajar los costes", explica Huergo.

En origen, el número de productores era notable: "Cuando formamos la sociedad éramos 16 o 17, pero las parcelas eran menores, no tendríamos más de seis o siete hectáreas entre todos", calcula Ulpiano Huergo. Pero aquel momento fue especialmente propicio para impulsar esta iniciativa, ya que coincidió con la tramitación de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de la faba asturiana, a la que los de Argüelles se sumaron de manera inmediata. "Fue todo a la vez: la formación de la sociedad civil, la IGP y la celebración de la primera feria de Argüelles", añade Huergo, que da especial relevancia a esta feria, auténtico escaparate de los productores de Argüelles y una experiencia que les llevó además a ampliar su sociedad para encargarse directamente del envasado y la comercialización de sus fabas.

Al avanzar en esa idea, los productores de Argüelles acuñaron, a mediados de la década de 1990, la marca comercial "Vegargüelles", que identifica sus productos. Este esfuerzo, no obstante, vino acompañado de una progresiva reducción del número de productores. "Alguna gente murió, otros fueron dejándolo y, en esencia, no hubo relevo generacional, que es el gran problema del campo asturiano. Así, tras un momento de auge al inicio de la sociedad civil, para principios de este siglo apenas quedábamos siete productores, y en la actualidad somos seis", explica Huergo.

Paradójicamente, esta reducción del número de productores no supuso en ningún caso una reducción del volumen de producto. Antes al contrario, la Sociedad Civil "San Martín" no ha dejado en estos años de ampliar las hectáreas dedicadas a la plantación de faba, hasta las once que se han plantado este año.

A día de hoy, la Sociedad funciona a todos los efectos como una cooperativa, en la que todos sus asociados colaboran de igual manera en el trabajo, incluyendo el envasado y la comercialización de la faba, y se reparten los beneficios.

La Sociedad Civil "San Martín" produce una media de diez toneladas anuales, aunque los rendimientos son muy variables. En Argüelles aún recuerdan cosechas nefastas como las de 2012, reducida a apenas cinco toneladas por la sequía, o la de 2008, cuando se perdió en torno al 80% del producto.

De hecho, la gran apuesta de los productores de Argüelles en los últimos años ha sido la introducción de nuevos sistemas de plantación para tratar de salvaguardar la faba de los avatares meteorológicos. Su apuesta más firme en este sentido pasa por el acolchado: con una máquina se remueve la tierra y se fijan unas bandas de plástico, que después se perforan para meter la semilla.

Esta técnica permite que la faba quede más protegida de la maleza y le da más calor, con lo que germina antes. Además, el plástico es biodegradable y se convierte en abono para la tierra, por lo que no es preciso recogerlo. En Argüelles se utiliza esta técnica desde 2013, y este año se han plantado seis hectáreas, sobre un total de once, con este sistema.

La cosecha de este año, en todo caso, aún está en el aire. "Tenemos un problema con la sequía que ha afectado al crecimiento de la planta. Con las últimas lluvias se ha revitalizado todo, pero han originado mucho follaje y está un poco retardado. Es una cosecha bastante irregular, tenemos parcelas que van muy bien, y otras no tanto", explica Huergo.

La clave para salvar la cosecha, afirma el productor, es el otoño. "La seronda será fundamental, que venga viento sur y días cálidos de otoño. Eso es lo que propicia la maduración", sentencia Huergo, que confía en poder comenzar la recogida en la segunda quincena de octubre.

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