El Gobierno asturiano aprobó ayer el decreto de estructura y funcionamiento de la Agencia de Sanidad Ambiental y Consumo, un organismo que se creó inicialmente en 1999 y que fue suprimido en 2011 por el Ejecutivo de Foro Asturias. La entidad, de la que pasarán a depender 150 profesionales de la Administración pública, será dirigida por Rosa Urdiales, y tiene entre sus cometidos la protección al consumidor y la vigilancia de la salud pública ante riesgos ambientales o alimentarios.

La agencia, que depende de la Consejería de Sanidad, incluye un servicio de Consumo, otro de Riesgos Ambientales y Alimentarios, y el Laboratorio de Salud Pública, según informó ayer el consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno, Guillermo Martínez.

Según detalló Martínez, el Servicio de Consumo llevará a cabo las funciones de inspección, control, sanción, información y educación en materia de consumo. De este departamento dependerán la Junta Arbitral de Consumo, que resuelve conflictos entre empresas y usuarios, y los cinco centros de formación del consumidor, por los que cada año pasan unos 15.000 escolares.

El Servicio de Riesgos Ambientales y Alimentarios se encargará de controlar las condiciones higiénicas y sanitarias de los alimentos, y de la investigación y control de agentes presentes en el medio ambiente que puedan ocasionar riesgos para la salud de la población. Además, la Agencia contará con el laboratorio de Salud Pública, como apoyo técnico a su trabajo.