Vemos y oímos, en la actualidad, en los medios una publicidad sobre un artículo que se emite sin parar en todas las emisoras de radio y televisión, que de manera sucinta refleja la mentalidad española como no lo haría el mejor escritor del mundo en un libro entero. El artículo que se anuncia en cuestión es un detector de radares para usar en el automóvil y evitar las multas de tráfico por exceso de velocidad. Lo importante es el mensaje del servicio que presta, que no es otro que animar a circular con exceso de velocidad y reducir la misma cuando nos avise el aparatito de la presencia de un radar; es decir, a incumplir la ley de tráfico, porque se supone que si vamos a la velocidad adecuada no se necesitaría el artilugio y no se vendería ninguno. Para ello utiliza frases como las siguientes: evita que te frían a multas, evita que te metan la mano en el bolsillo. Es decir, transmite la idea de que la Guardia Civil de Tráfico te roba y como guinda del anuncio te dicen que es completamente legal.

Lo dicho, es imposible de una forma tan telegráfica transmitir un mensaje tan contradictorio (por un lado, se incita a incumplir la ley de tráfico y, por otra parte, se dice que es legal) y que al mismo tiempo muestre la tendencia irrefrenable de este país a la trampa, la mentira, el fraude, la picaresca, el desprecio a la ley, el insulto a la inteligencia. Asimismo, el anuncio es muy representativo del desconcierto social en el que nos movemos.