Ye Tian tiene 22 años, es natural de la región de Shandong, al norte de China, y ayer se enfrentó a toda una prueba de fuego: poner cara y, sobre todo, voz al grupo de jóvenes chinos que cursa estudios universitarios en la Universidad de Oviedo. Y allí se puso Ye Tian, frente a los micrófonos de los periodistas, con el único bagaje de un corto periodo de tiempo en la Casa de las Lenguas. Aprobó de largo.

Son 39 chicos y chicas. Llegan a Asturias gracias a los acuerdos de colaboración entre la Universidad asturiana y varias universidades chinas. Ellos se pagan la estancia. Abordan en Asturias estudios de posgrado porque todos vienen con la titulación universitaria de su país. Aquí aprenden español e inician un máster.

La vicerrectora de Internacionalización y Posgrado, Covadonga Betegón, ejerció ayer de anfitriona en un acto de bienvenida en el edificio histórico de la Universidad. Los acuerdos con universidades chinas comenzaron ya hace algunos años, pero nunca se llegó a este número de alumnos, con mayoría femenina.

Zhang Meng Han apareció con un instrumento musical, extraño y hermoso. Su nombre en castellano viene a ser algo parecido a pipa. A todo se busca traducción, así que Zhang Meng ya dice por delante que su nombre en español equivale a Natalia. Zhang y Ye están felices. "Oviedo, maravilloso, ciudad amable con muy buen ambiente". Y en plenas fiestas de San Mateo, más.

Ye Tian quiere estudiar algo relacionado con el Turismo. El primer año los alumnos chinos se centran en la lengua española y la cultura de su "nuevo" país. Les da tiempo a cursar, sin prisas, alguna asignatura del grado relacionado con el máster que abordarán en el segundo año de estancia asturiana. Primero, indispensable adaptación al idioma. "Hay muchos alumnos que llegan pensando en estudios de Administración y Dirección de Empresas, pero en realidad hay planes académicos muy diversos, desde ingenierías hasta lingüística", explica la vicerrectora Betegón.

Los alumnos chinos, algunos recién llegados, tienen la percepción de que saber lengua española "es muy útil en China". Los "veteranos" les decían ayer a los "novatos" que se preparen para vivir un ambiente completamente distinto en el aula.

"Las clases en China son muy rígidas; las de aquí son alegres, yo me llevo muy bien con los profesores", explica Ye Tian.

El acuerdo facilita también que estudiantes asturianos vayan al posgrado a China, pero "no hay apenas interés", reconoce la vicerrectora. Hay justificación. "Cursar un máster en chino no es fácil". Los alumnos chinos tampoco encuentran sencillo el español, pero lo aprenden rápido.