Pierre Bruno, vicepresidente para el Sur y Oeste de Europa de la compañía CSC, visitó esta semana Asturias, donde se reunió con el presidente, Javier Fernández, y visitó las instalaciones avilesinas de la empresa. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA en uno de los despachos de CSC en Avilés.
-Lleva usted dos años y medio en la compañía. ¿Cuáles diría que han sido los principales logros de CSC durante este tiempo?
-Estamos haciendo un montón de transformaciones. Antes estábamos muy centrados en tener un tipo de negocio en cada continente, y ahora somos más globales, atendemos el ciclo completo de necesidades que tienen nuestros clientes. Todo el mundo habla de la transformación digital. Pero una auténtica transformación digital es una combinación de negocio, tecnologías de la información, procesos, y es lo que ofrecemos: ayudamos a nuestros clientes formar parte de esta transformación digital. Es un cambio fundamental, y es lo que hemos construido en los últimos dos años, más allá del concepto tradicional de consulting en Francia, helpdesk (atención telefónica) en Asturias... Estamos mucho más integrados en un único CSC para ayudar a los clientes a superar los retos de la transformación digital. En segundo lugar, hemos trabajado en nuevas oportunidades, aplicaciones, la nube... Y estamos creciendo más rápido en el mercado. Tenemos también éxito en las instituciones europeas, hemos aumentado los clientes... El centro avilesino es un buen ejemplo de nuestro crecimiento. Hace doce años eran 30 personas, ahora son más 800 trabajadores: 800 empleos directos y otros 50 indirectos.
-¿Cuál diría que es el papel que desempeña España en la estrategia de la empresa?
-Lo primero, es un mercado importante. Tenemos muchos clientes en el espacio público y privado, especialmente en Madrid y Barcelona. Es también un lugar de trabajo con este centro de Asturias. Y tenemos centros de desarrollo de aplicaciones donde hacemos software especial. En toda España tenemos 1.200 trabajadores.
-Supongo que la innovación es fundamental en este negocio.
-Nos mantenemos innovando, y hay dos formas de hacerlo: escuchar a los clientes y escuchar a los trabajadores. Y los necesitamos a los dos. Nuestro negocio está enfocado hacia los clientes, aprendemos de ellos. Y somos muy privilegiados en ese sentido.
-¿Cómo se puede aprender de los clientes?
-Cuando gastas tiempo con los clientes entiendes los retos, las necesidades, y es la forma en la que podemos avanzar. El negocio no es vender software, el negocio es estar al lado del cliente y ayudarle a transformarse. Y luego innovamos también gracias al talento que se une a nosotros. Quiero destacar el importante acuerdo que tenemos con la Universidad de Oviedo, donde cada año 100 personas hacen prácticas con nosotros. Y nosotros aprendemos de ellos, traen nuevo pensamiento, nueva energía, nuevo conocimiento... El 80 por ciento de los jóvenes que tenemos en ese periodo de prácticas se convierten luego en empleados fijos. Es un gran logro. Y aprendemos de ellos. Pero en general todo nuestro equipo en Asturias es muy joven, la edad media es 34 años. Es como investigamos: con nuestros clientes, con nuestros trabajadores... Y estamos muy cerca del resto de empresas del sector. En este negocio, si no innovas estás muerto.
-Y siempre en busca de la transformación digital.
-Nuestro trabajo es conseguir que la transformación digital sea un hecho. Son muchos los que hablan de ella, nosotros trabajamos para conseguirla. Tiene que hacerse real en los colegios, las fábricas... Es nuestro legado para la historia. Ayudarles a entender a las empresas, por ejemplo, qué beneficios les reporta estar en la nube. Nuestro negocio es cómo ayudar a los clientes a que tomen riesgos para llegar a la transformación.
-¿Es la crisis un problema para la expansión de su negocio? Tal vez las empresas se sientan más reacias a unirse a la transformación digital.
-Es un acelerador. La gente se da cuenta de que tiene que cambiar, no tiene otra opción. Tengo que ser más rápido, más competitivo, manejar mi dinero mejor. La crisis acelera la transformación más que cualquier otra cosa.
-El centro de CSC en Avilés tuvo un crecimiento fulgurante. ¿Estamos ahora en una nueva etapa de estabilización?
-Este centro de Avilés está en el corazón mismo de nuestra estrategia de crecimiento. Tiene grandes ventajas: aquí podemos hablar hasta nueve idiomas, y está situado en Europa, no en un país muy lejano. Tenemos un montón de clientes que están encantados de tener un centro cercano con esa variedad de idiomas. Es un valor para clientes de Inglaterra, Francia... La segunda cuestión es que somos muy afortunados de ver en este centro el ciclo completo de las tecnologías de la información, ya que hay otros sitios donde sólo se ofrece atención telefónica, o desarrollo de aplicaciones... Aquí tenemos el ciclo de principio a fin. Es la gran diferencia. Luego, es un centro de talento, gracias a la formación y complicidad de la Universidad de Oviedo. Y también somos capaces de atraer talento de fuera. Tenemos 120 extranjeros en la plantilla, personas con idiomas muy específicos o conocimientos muy especializados. Los asturianos son el 60 por ciento del total, aproximadamente. Así que este centro es muy estratégico, y queremos crecer con él.
-Se habló en su día de ocupar un segundo edificio.
-Estamos buscando opciones para crecer. Otro edificio es una posibilidad, pero no hemos tomado una decisión todavía.
-Hay departamentos de recursos humanos que se quejan de lo difícil que es encontrar el personal adecuado.
-Para nosotros no es un problema. Tenemos convocados 80 puestos de trabajo. Y no creo que tengamos un problema de talentos. Hace unos años sí era más difícil, pero gracias a las acciones impulsadas por CSC para motivar gente de fuera de Asturias para venir, gracias al programa de colaboración con la Universidad..., tenemos esta nueva situación. Y no tenemos ese problema que tienen otras compañías.
-¿Conoce el proyecto de parque tecnológico de Avilés?
-Estamos manteniendo reuniones para ver si nos encaja ser parte de este programa. Lo estamos evaluando. Pero para Avilés y esta área es un gran proyecto. Una forma también de atraer nuevas compañías.
-¿Algo que añadir?
-CSC está creciendo, haciendo realidad la transformación digital a nuestros clientes. Este centro en Asturias es clave para nosotros, también los acuerdos con la Universidad de Oviedo, que son un ejemplo a seguir para otros países de Europa. Y estamos en proceso de contratar a diferentes talentos de diferentes perfiles.
