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El desánimo otoñal tiene cura

Los psiquiatras aconsejan una incorporación pausada al trabajo y asumir los cambios con naturalidad para evitar trastornos producidos por la reducción de la luz

Hojas caídas en el Campo San Francisco de Oviedo. JULIÁN RUS

Ya lo decía Antonio Vivaldi en su obra "Las cuatro estaciones" (1725): el otoño es época de cosechas, cacerías y paisajes de árboles de hoja seca. El músico italiano compuso, para dar forma a esta descripción, una pieza llena de alegría y vitalidad. Sin embargo, en muchos casos, estos sentimientos no se corresponden con la realidad. Los psiquiatras aseguran que el final del verano y, en consecuencia, el descenso de luz solar, puede tener efectos negativos en los estados anímicos de las personas. Sobre todo, para aquellas que sufren depresión o padecen algún tipo de trastorno mental. ¿Cuál es el consejo? Asumir que los cambios estacionales son naturales, cuidar los ritmos horarios y acudir a un profesional en caso de problemas mayores.

El psiquiatra Pedro Trabajo asegura que el otoño y la primavera son las estaciones del año más influyentes en la sociedad. El factor principal es la ausencia de luz. Ello puede generar bajones anímicos, que se agravan con el llamado síndrome postvacional, referido a la ansiedad que afronta un profesional a la hora de incorporarse a las tareas laborales. Pese a ello, los expertos insisten en que no hay que dramatizar ni crear alarma. "Lo que afecta es principalmente el estilo de vida. Cambian un conjunto de circunstancias -pasamos menos tiempo al aire libre, los niños tienen clases...- a las que nos habíamos adaptado fácilmente", sostiene el psicólogo Serafín Lemos. "Sentimos cierta 'morriña' por el verano, pero eso pasa en seguida. Tenemos que entender que es un proceso natural y que no hay que preocuparse", agrega el catedrático de psicología de la Universidad de Oviedo, José Muñiz. No obstante, no todos responden de igual forma al cambio estacional. Pedro Trabajo pone el acento en las personas que sufren depresión o trastorno bipolar. En estas situaciones, "conviene prevenir y estar en contacto con los médicos", manifiesta Trabajo.

El cambio horario, sin embargo, puede perjudicar a todos los asturianos. Los expertos destacan que el descenso de horas de luz puede generar fácilmente un cúmulo de estados negativos: tristeza, apatía, decaimiento, irritabilidad, falta de apetito, dificultad para la concentración y para conciliar el sueño. En los países nórdicos y Estados Unidos, de hecho, se practica la luminoterapia. José Muñiz insiste en que ello no es necesario en Asturias, pues los cambios estacionales no son tan drásticos como en otras partes del mundo. De cualquier forma, la profesora de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, Pilar Saiz aconseja respetar las horas de sueño y realizar una incorporación paulatina al trabajo. "No podemos pretender rendir al máximo ya el primer día. Eso tiene que ir poco a poco", dice.

La entrada oficial del otoño se producirá mañana a las 10.00 horas. José Miguel Viñas, presidente de la Asociación de Comunicadores de Meteorología, prevé que ese día haya un tiempo anticiclónico, que mejorará de cara al fin de semana.

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