La familia militar asturiana celebró ayer en Oviedo el 95.º aniversario de la Legión, el cuerpo de élite que creó en 1920 el entonces teniente coronel José Millán-Astray. Una misa, oficiada por el canciller del Arzobispado, Jaime Díaz, seguida de un vino español, fueron los jalones de esta celebración a la que acudieron un centenar de personas, entre ellos la treintena de integrantes de la Hermandad de Caballeros Legionarios de Asturias, que preside Alfredo Moreno, pero también las máximas autoridades militares asturianas, como el coronel Vicente Bravo Corchete, delegado de Defensa en la región; el coronel Óscar Lamsfus, jefe del Regimiento "Príncipe", y el coronel Jesús Pérez Bernal, director de la residencia Coronel Gallegos de El Coto. También estuvieron presentes, a título particular, el antecesor de éste, el coronel retirado Rafael González Crespo, exdelegado de Defensa y autor de diversos libros, y el general también jubilado Carlos Blond Álvarez del Manzano, quien, como coronel, mandó el Tercio Gran Capitán 1.º de la Legión. Y no faltaron a la cita el comandante naval de Asturias, capitán de navío Fernando Brinquis Crespo, ni el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Oviedo, el teniente coronel Luis Germán Avilés.

"Ni la Legión ni el Ejército español son iguales hoy que en 1920, se han adaptado a los tiempos", indicó el coronel Bravo Corchete. El presidente de la hermandad indicó, por su parte, que "lo único que ha hecho la Legión estos años ha sido estar al servicio del pueblo español, allá donde se la ha ordenado ha ido sin quejarse". "Mientras haya un legionario que lleve la camisa y el gorrillo, irá a dónde se le pida. El espíritu de la Legión, la dureza y el sacrificio, siguen vigentes, y estamos a las órdenes del Gobierno y la Constitución", añadió Moreno.