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Asturias mima sus algas

Los expertos rechazan que el arranque debilite los campos de ocle al hacerse con métodos manuales y mediante cupos

José Artime, "Larry", descargando el ocle de arranque en Candás. M. G. S.

Asturias explota, pero también cuida sus algas. El biólogo José Manuel Rico, experto en el estudio de plantas acuáticas, respalda lo que la dirección general de Pesca viene diciendo desde hace años en forma de estudios: la campaña de arranque -regulada del 1 de julio al 30 de septiembre- no merma los campos de ocle del fondo marino asturiano. El experto insiste en que el método aplicado por el Gobierno del Principado es el adecuado. Es decir, se fijan cupos en base al stock de algas que hay en cada distrito (las zonas de explotación) y se utilizan métodos manuales para su extracción, que garantizan la conservación del sistema de fijación. La protección de ese sistema posibilita que las plantas se regeneren fácilmente y en el plazo de un año. Además, "antes de cada campaña se supervisa el estado de la materia y se cambia de campos", agrega Rico, profesor del área de Ecología de la Universidad de Oviedo.

El método de arranque, que consiste en la extracción de ocle del fondo, se practica en la región desde los años cincuenta, como recoge el libro "Algas marinas de Asturias", elaborado por la consejería de Medio Ambiente del Gobierno del Principado. A finales de la década de los ochenta, se utilizaron cortadoras submarinas. Pero, dado su elevado coste y la imposibilidad de emplearlas en malas condiciones de mar, pronto se abandonaron. Se volvió así al método manual, que es el que se sigue utilizando en la actualidad, como aseguran los propios recolectores. Entre ellos, José Artime, "Larry": "Los buzos se sumergen en las profundidades y allí van arrancando con la mano las plantas, que introducen en sacos de red". Esos sacos tienen una capacidad de 40 kilogramos. Cuando están llenos son izados desde el fondo hasta las embarcaciones sin que los buceadores -también llamados ranas del ocle- tengan que salir a la superficie. La inmersión puede durar entre cuatro y seis horas, y el rendimiento oscilar al día entre los 1.000 y 2.000 kilos por persona, según datos de la dirección general de Pesca.

Las algas se fijan al fondo rocoso mediante un sistema de rizoides, cuyo conjunto forma lo que se conoce como una mata de ocle. Esta especie, señalan los expertos, está dotada de una gran capacidad de regeneración por crecimiento vegetativo. Su sistema rizoidal emite a lo largo de todo el año nuevas plántulas que sustituyen a las que se van desprendiendo por causas naturales o por efecto de la recolección. De ahí la importancia de preservar en su mayor parte el aparato de fijación del alga, como destaca José Manuel Rico. Dicho con otras palabras, los recolectores no pueden cortar de raíz las plantas. Se estima que su regeneración total se produce a los dos o tres años de su corte. Por eso, el biólogo de la Universidad de Oviedo aconseja ir rotando las áreas de acción. El Principado de Asturias tiene fijados cuatro distritos: Gozón- Carreño, San Esteban de Pravia, Gijón, Ribadesella y Lastres. Dentro de cada uno de ellos, la Administración determina qué campos -praderas submarinas, abundantes en la mitad oriental de la costa asturiana entre los 3 y 15 metros de profundidad- pueden ser explotadas y en qué cantidad (cupos). De cualquier forma, la materia nunca peligra.

En este sentido, los autores del libro "Algas marinas de Asturias": Eva María Llera y Jesús Álvarez, detallan que cuanto menos intensivo sea el arranque más rápida será la recuperación del campo de ocle. "Si la extracción es moderada, la regeneración de la biomasa inicial se produce con facilidad, generalmente en la temporada estival siguiente", dicen. En lo que va de campaña (julio y agosto) se llevan descargados 491.310 kilogramos, la mayor parte en el puerto de Candás. Esto se debe, como aclara el recolector José Artime, a que la zona más fructífera de Asturias se encuentra en los concejos de Gozón y Carreño. Sobre todo, en el Cabo Peñas.

Finalizada la campaña de arranque -el 30 de este mes-, comienza lo que se conoce como el arribazón, es decir, la recogida del ocle que la mareas arrastran hasta las playas asturianas. Con los primeros temporales del otoño, las plantas marinas sufre fuertes desprendimientos. Parte de esta biomasa es arrojada a los arenales en grandes concentraciones, lo que permite a los recolectores de tierra aprovechar la materia para venderla a la industria y transformarla en agar-agar, una sustancia que tiene aplicación en medicamentos y cosmética.

Según los productores, el valor medio de las plantas marinas se sitúa entre los 80 céntimos y los 1,70 euros por kilo. Todo depende de su calidad, la cual depende del método de extracción: arranque o arribazón. El experto José Manuel Rico sostiene que la mejor es la de arranque, puesto que las masas de arribazón "vienen mezclados con otras especies y arena". "Para que nos entendamos, es como coger una manzana directamente del árbol o recoger otra que está en suelo, muchas veces pocha", remata.

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