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Asturama

El tesoro azulado de Verónica

Asturias roza las 150 hectáreas de arándano, un cultivo en expansión que es idóneo para la región, pues permite tener fruto de junio a octubre

recolección. La finca de Verónica Iglesias aún tiene fruto por estas fechas. En la imagen superior, la joven coloca los envases. A la derecha, detalle del fruto y, abajo, una rama con arándanos en diferente grado de maduración.

Hace cuatro años las naviegas Montse García y su hija Verónica Iglesias escucharon por casualidad hablar del arándano, su buena salida comercial y sus propiedades saludables. Así decidieron meterse de lleno en un cultivo en expansión que en Asturias ya oscila entre las 100 y las 150 hectáreas y que crece a pasos agigantados desde 2005, cuando apenas tenía presencia en la región. Hoy esta explotación familiar de El Bao, con una hectárea y media cultivada y planes para cultivar otra más, mira al futuro con optimismo y buenos resultados.

"Vamos aprendiendo del día a día y corrigiendo errores, pero trabajamos con la misma ilusión que el primer día", precisan estas emprendedoras que pasaron de no haber probado un arándano en su vida a recoger cientos de ellos en su finca El Molín. Su caso es similar al de otros muchos productores que aterrizaron en el campo de los pequeños frutos, especialmente en el arándano, buscando una opción laboral y atraídos por un cultivo relativamente fácil pero que exige una fuerte inversión inicial (cultivar una hectárea tiene un coste de entre 30.000 y 40.000 euros) que no se amortiza hasta al menos pasados seis años. Son más inmediatos los cultivos de otros frutos del bosque como la fresa o la frambuesa, que, al ser de temporada, permiten resultados más rápidos. Sin embargo, su progresión en Asturias nada tiene que ver con el arándano, principalmente por ser muy perecederos y carecer de una estructura logística como la que tiene el primero. No obstante, el técnico del Serida, Juan Carlos Rubio, señala que también suponen una oportunidad: "La producción de frambuesa, sobre todo de verano, es interesante, queda un hueco de mercado por cubrir. La fresa ha aumentado en Asturias y es más fácil de vender porque es más conocida. Hay oportunidades pero el productor debe mirar primero la comercialización".

En El Molín viven su segundo año de recolección, el momento de más trabajo pues la recogida es manual, y calculan cerrar el ejercicio con 6.000 kilos recogidos. No obstante les quedan un mínimo de dos años para que la finca alcance el cien por cien. Iglesias, de 24 años, pasó de la hostelería al campo y ha descubierto un trabajo que le apasiona. Tienen planes para empezar a elaborar mermelada casera y su familia quiere que la hectárea que próximamente van a plantar para ampliar la explotación esté ya bajo su tutela directa: "Trabajas muchas horas pero siendo para ti es diferente".

Endeudamiento

Esta familia apostó por el arándano como un complemento al sueldo que ya entraba en casa, de ahí que no hayan tenido problemas para sobrevivir en los primeros años cuando la explotación no genera ni un céntimo y exige mucho gasto. Los profesionales hacen hincapié en esta situación, que ha llevado a algunos agricultores a echar el cierre por no poder aguantar los primeros años. "Es un cultivo rentable, pero hay que tener las cosas claras porque hablamos de inversiones fuertes con un retorno a medio y largo plazo. Va en función de la capacidad de endeudamiento de cada uno", explica Fernando García Bernardo que preside la Asociación Asturiana de Productores de Pequeños Frutos (AAPPF), la principal agrupación del sector.

Este profesional explica que uno de los puntos fuertes de Asturias y, por extensión, de la Cornisa Cantábrica es que dispone de una ventana de producción casi única que le permite tener fruto desde mediados de junio hasta octubre, jugando con las variedades y la diversidad orográfica del territorio. Esta situación, añade el gerente de Asturian Berries, Juan Carlos Miranda, es la ventaja más importante de Asturias, que le permite funcionar como "bisagra" entre la producción de Huelva -que lidera el mercado nacional- y la de países como Chile o Argentina. "Es una oportunidad comercial estupenda", precisa. En este sentido, el técnico Juan Carlos Rubio señala especialmente la importancia de la producción tardía, que se da hasta bien entrado octubre y que es uno de los puntos fuertes del norte peninsular pues permite sacar fruto en un momento en el que apenas queda en otras partes.

Exportación

Aunque el consumo nacional ha registrado un leve aumento está a años luz del exterior y de ahí que la práctica totalidad de la producción asturiana se vaya a Europa, especialmente a Reino Unido o Alemania que lideran el consumo europeo. Asturian Berries sabe mucho de exportación pues fue los primeros en sacar fuera el producto y crear una red comercial para decenas de pequeños productores. Actualmente la firma controla 140 hectáreas entre Asturias, Galicia y Cantabria, gestionadas por 38 productores.

Miranda, convertido en testigo del fulgurante crecimiento del sector, considera que son varios los retos que debe afrontar Asturias. Por un lado es necesario el crecimiento de las explotaciones: "Hay gente que quiere vivir con superficies demasiado pequeñas, pero lo ideal es una explotación de 2,5 hectáreas para generar al menos un puesto de trabajo". Otro factor clave según este profesional es tener claros "los objetivos de mercado y disponer de unas instalaciones que te permitan cumplir esos niveles de exigencia". El aumento del consumo nacional también sería una buena noticia para el sector. Miranda lo considera difícil, pero no imposible como ha demostrado otro cultivo de inicios inciertos como es el kiwi.

Los productores no se atreven a señalar donde está el techo de producción de Asturias pero sí reclaman prudencia a los emprendedores, que hagan cuentas y se formen bien antes de adentrarse en el mundo del arándano. García Bernando considera que hay de todo pero, en líneas generales, Asturias lo está haciendo bien: "El noventa por ciento de la gente que cultiva arándano en Asturias es gente muy preparada y eso es lo que necesita el campo asturiano. Si el destino es Europa debemos ser muy competitivos y profesionales. El que piense que esto es tirar cuatro plantas y ya está muy equivocado".

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