El Alvia se embala en la Meseta. El tren de Asturias a Madrid circuló ayer por primera vez a 200 kilómetros por hora entre León y Valladolid por la nueva línea específica de Alta Velocidad que une ambas ciudades, inaugurada el martes por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Sin embargo, el incremento de la velocidad máxima en 40 kilómetros a la hora en este flamante trazado y la ausencia de paradas intermedias no evitaron que el primer convoy del día llegara a Chamartín con un retraso de una hora y tres minutos, debido a la demora de 45 minutos que acumuló en la salida de Gijón y que fuentes de la operadora Renfe achacaron a una indisposición previa del maquinista que iba a hacerse cargo del servicio. Los 148 pasajeros tuvieron el consuelo de que el viaje les salió gratis, ya que Renfe les reitengró el coste de los billetes promocionales -25 euros en turista y 30 en preferente-. En condiciones normales, este tren, que solo se detiene en Valladolid antes de llegar a Madrid, cubre en 4 horas y 38 minutos el desplazamiento de Gijón a Chamartín.

Con los enlaces semidirectos y el recorte de tiempos, Renfe espera incrementar en cerca de un 24% el número de pasajeros de la conexión Asturias-Madrid, pasando de los 285.000 viajeros que movió el año pasado a unos 350.000, según indicó ayer la directora general de la operadora, Berta Barrero, quien también se marcó como objetivo que el Alvia se convierta en el segundo medio de transporte más utilizado en la relación con la capital, "superando" al avión.

Pese a las halagüeñas previsiones de la compañía y a que su director general de Viajeros, Ramón Azuara, reconoció que el enlace de ida y vuelta sin paradas Madrid-Gijón de los fines de semana "siempre está lleno", Renfe no tiene previsto incrementar en el corto o medio plazo las frecuencias diarias en esta ruta, que son cuatro en cada dirección. Otra cosa será, dejó entrever Barrero, cuando abra la variante ferroviaria de Pajares y el viaje de Oviedo a la capital de España quede en tres horas y cuarto.

"Consideramos que la demanda está ahora bien cubierta y que hemos dado respuesta a la principal necesidad de Asturias, que eran los viajes sin parada en León", subrayó la "número dos" de la compañía, quien puso énfasis en que los servicios comerciales de Renfe, los que, como el Alvia, no están considerados obligación de servicio público, carecen de subvenciones.

El nuevo enlace semidirecto y por vía específica de Alta Velocidad de León a Madrid que Asturias estrenó ayer por la mañana convence por "comodidad y rapidez" a unos viajeros que, no obstante, lamentaron la demora acumulada por el Alvia que inauguró el servicio. Era el caso de Alberto Díez de Tejada, que se desplazó de Oviedo a la capital por motivos de trabajo y que, a causa del retraso, trataba de cambiar desde el tren una cita contraída con anterioridad. Dejando a un lado el problema puntual de ayer, este usuario considera un "gran adelanto" que el AVE de León permita a Asturias disponer de una conexión ferroviaria con Madrid en el entorno de las cuatro horas.

Elena Oville, otra de las pasajeras del Alvia de la mañana, se mostraba "encantada" con el nuevo servicio de tren, su medio de comunicación preferido, aunque consideraba una "pena" la demora inicial en la salida. "Teníamos previsto viajar en estas fechas y la verdad es que nos vino muy bien tanto el precio como que, si no es por este retraso, llegásemos a destino mucho antes", indicó esta usuaria. Y en una línea muy parecida se expresó Manuel Suárez, que viaja todos los meses, al menos una vez, de Oviedo a Madrid y que ve un "gran avance" que se eliminen las paradas de León y de Palencia en el primer servicio del día. Además, también alaba los precios promocionales que están vigentes hasta finales del mes que viene.

El primer Alvia semidirecto tenía la salida a las siete de la mañana de ayer de la estación gijonesa de Sanz Crespo. Sin embargo, a esa hora no estaba ni el tren en el andén. Pocos minutos después, un empleado avisó a los viajeros de que el convoy iba a sufrir un retraso inicial por causas técnicas. Los portavoces de la empresa precisaron que, en realidad, el maquinista titular del servicio se había sentido indispuesto y que, por tanto, fue necesario avisar en Oviedo al reserva, que se desplazó hasta Gijón para hacerse cargo de un tren que acabó partiendo con 45 minutos de retraso.

Tras salir de Oviedo poco después de las ocho y diez de la mañana, el convoy enfiló hacia Mieres y Pola de Lena para iniciar el ascenso a Pajares, centenario itinerario por el que los Alvia tienen limitada la velocidad máxima a 85 kilómetros por hora. Tras dejar la capital de la provincia vecina a la izquierda, llegó a las 10.23 horas al intercambiador leonés de Vilecha, para pasar del ancho ibérico, por el que circuló desde Gijón, al ancho específico de Alta Velocidad que ya está instalado en el resto del corredor hasta Madrid. El tren de Asturias inauguró este equipamiento y la línea de AVE con Nacho Sarmiento a los mandos, acompañado del lenense José Antonio Lovelle, jefe de maquinistas.

La traza que ayer estrenaron los Alvia tiene, hasta Palencia, 70 kilómetros en vía única y 37 en doble, mientras que el itinerario hasta Valladolid es íntegramente de vía doble, a excepción de dos pequeños tramos situados al inicio y al final del trayecto y que suman 16 kilómetros. El tren de Asturias circula desde ayer a una velocidad máxima de 200 kilómetros en el trazado inaugurado el martes por Rajoy, debido a que aún no está instalado el sistema de seguridad RTMS, que es el más avanzado del mercado. Cuando entre en servicio, el año que viene, según las previsiones del Adif, los Alvia ya podrán alcanzar los 250 kilómetros a la hora desde León a Madrid, algo que ahora solo hacen en el trayecto de Valladolid a Chamartín. El retraso acumulado en Gijón hizo que el tren de la mañana perdiera su malla horaria y se demorara otros diez minutos en Palencia por un cruce con otro convoy.

Tras la parada de Valladolid, el Alvia cubrió el último tramo hasta la capital a 250 kilómetros por hora, ya que en el trayecto a Chamartín está operativo el sistema RTMS. Esa velocidad punta no impidió que el tren llegara a Madrid a las 12.41, con un retraso ligeramente superior a la hora y con el mismo tiempo de viaje que tenían los trenes antes de la inauguración del tendido de AVE a León. Fuentes de Renfe achacaron la mayor parte de la demora al problema con el maquinista y, en menor medida, a la necesidad de ir ajustando un servicio que, a juicio de los viajeros, tiene un gran potencial si se cumplen los compromisos horarios. La media de ocupación en los trenes del corredor desde que abrió el AVE de León ronda el 80 por ciento.