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JOSÉ FERNÁNDEZ MURIAS | Presidente del Aeroclub de La Morgal

"El turismo aéreo ya es importante para Asturias e irá a más con el tiempo"

"El Principado lo tiene todo, belleza e infraestructuras para seguir avanzando; sólo debemos aprovecharlas"

José Fernández Murias, con la ría de Navia al fondo. A. M. SERRANO

José Fernández Murias es piloto de avión desde 1980. En 1991 formó parte del grupo que creó la primera escuela de pilotos de Asturias. Natural de Rozadas, en Boal, el pasado fin de semana disfrutó del encuentro de exalumnos internos del instituto Manuel Suárez de Navia. Ingeniero industrial, es, además de presidente del Aeroclub de La Morgal, empresario de negocios relacionados con la automovilística y motociclismo.

-Volar levanta pasiones y fobias. ¿Qué secreto esconde?

-Contestaré con una anécdota graciosa: un alumno aventajado preguntó a su sabio profesor universitario por qué vuela un avión. Después de una serie de demostraciones técnicas, el alumnos seguía insistiendo con la misma pregunta. Al final el profesor le dijo: "Hijo mío, eso sólo Dios lo sabe". Volar es casi un milagro. (risas).

-¿Está el Aeroclub en Asturias suficientemente explotado?

-No del todo. Esta actividad, hobby para algunos, tiene muchas posibilidades y el Aeroclub tiene una ventaja importante que no tienen otros de otras comunidades: historia. Muchos clubes vecinos han desaparecido porque hay inversores y socios que no tienen las cosas claras y no coinciden en criterio. Muchas empresas de aviación ligera empiezan con una gran ilusión y terminan desapareciendo. A nosotros no nos ha pasado. En Asturias tenemos además grandes ventajas. Por un lado, este club tiene pocos socios capitalistas y por otro, genera mucha actividad, aunque a veces no es muy visible. Expedimos títulos, hacemos turismo aéreo, fomentamos la aviación en colegios, hacemos demostraciones de vuelo y también jornadas de puertas abiertas. Por cierto, la próxima será el lunes, día de El Pilar.

-¿Qué puede aportar a la comunidad este recurso?

-En principio expedimos el título de piloto privado, básico para poder acceder al comercial, y eso ya genera movimiento. Además, nuestro avión, el único que tenemos, es una gran máquina, por así decirlo, puede hacer de todo. Está homologado para practicar todo tipo de aterrizajes, y con él puedes aprender a volar y después perfeccionar la práctica. Y, por supuesto, tenemos un aeropuerto con muchas posibilidades, casi perfecto para formar en aviación. Con todo lo necesario. No tiene, por su tamaño y actividad, las complicaciones del valenciano, por ejemplo. Esta realidad para nosotros y para los amantes de la aviación es una ventaja. Además, el turismo aéreo es ya importante y estoy convencido de que irá a más. Nuestra actividad, en este sentido, ofrece un valor añadido para Asturias.

-¿Qué tiene Asturias que no valora?

-Asturias lo tiene todo: infraestructuras importantes para poder seguir avanzando y belleza. Debemos aprovechar ambas cosas.

-¿Cómo ve el occidente asturiano? ¿Qué cree que necesita la comarca?

-Tiene muchas posibilidades de crecer en cualquier ámbito. Pero la comarca necesita un profundo cambio en la política empresarial y laboral. Es decir, una filosofía muy diferente a la que se practica. Somos muy buenos, lo tenemos todo, pero no sabemos sacarle partido. Para empezar, el empresario no puede acomodarse a las subvenciones. Debemos avanzar hacia otras estrategias. En este sentido, muchos empresarios no se han amoldado a lo que piden los tiempos. Siguen esperando a la ayuda para poder invertir, para poder crecer. Al final una mayoría se queda por el camino y sin ilusión ni proyecto ni ayuda pública.

-¿No vamos entonces por el buen camino, según usted?

-Puede que sí, pero siempre estamos "a remolque" de algo o de alguien, y vuelvo a insistir en el tema de las subvenciones, que tanto daño hace. No se saca tanto provecho de ellas y nos obligan a ir despacio. Por otro lado, en España en general siempre se tiende a discutir sobre las ventajas sociales. Mire, según me dice la experiencia, la oferta y la demanda es la que fija el precio y en eso la administración, hablemos de salarios o de productos o servicios en venta en un mercado libre, no puede intervenir. Sólo puede hacer un ejercicio de control, de vigilancia, para que se cumpla lo básico, lo que es civilizado en una sociedad del bienestar.

-¿Qué debe hacer entonces el empresario?

-Necesita más motivación y menos trabas de la administración o de algunos grupos y se me vienen a la mente algunos colectivos, como los ecologistas, que dicen a todo que no por sistema.

-¿Qué cree que necesita el trabajador? ¿También más motivación?

-Sí, tal vez. En este país hay mucha gente deseando trabajar, pero hay grupos que integran a los que yo llamo "profesionales del paro". Algunos aprovechan cualquier fórmula para sacar beneficio a su presunta mala situación, que al final les resulta provechosa. Hay profesionales del paro a los que, insisto, les va muy bien sin hacer nada. Por eso hay que analizar bien las políticas de algunos partidos sobre mejoras sociales. ¿De verdad se invierte bien este dinero dedicado a asuntos sociales? El trabajador aspira a tener un trabajo digno, con una remuneración digna, y a arreglárselas por sí mismo.

-Vuelve al Occidente siempre que puede. Su pueblo natal es Rozadas, en Boal. ¿Qué futuro cree que le depara a esta comarca?

-Un buen futuro. Lo tiene todo y espero que lo conserve. Yo creo que vamos tener nos futuro prometedor. La comarca occidental y sus gentes se lo merecen. Por luchadores. Por cierto, hace poco me contrató a través del aeropuerto de Asturias un catedrático norteamericano experto en Geología e interesado en conocer la orografía asturiana desde la ría del Eo hasta el límite con Cantabria. Se quedó sorprendido con la costa del Occidente.

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