El Bricial, el tercero de los lagos de Covadonga para algunos, es tan solo una laguna estacional, aclara el profesor Jesús Ruiz. Cinco geógrafos y un experto en geofísica han realizado una cartografía detallada de este espacio, ubicada detrás de la Vega de Enol que se nutre, durante los episodios de lluvia intensa o fusión de nieve, de la cascada "La Meona". Por eso, no podría hablarse específicamente de un lago sino de una cubeta que se inunda de forma intermitente, argumenta Ruiz. En esa cubeta, de origen glaciokárstico y sometida en el pasado a una intensa erosión, hay un sumidero que no tiene suficiente capacidad de drenaje del agua, lo que explica que la vega se inunde de manera periódica. La Universidad lleva ya tiempo radiografiando la zona. Ruiz entiende que presenta una gran riqueza biológica. Un sondeo anterior permitió obtener un testigo sedimentario de turba de hasta ocho metros que, según las dataciones de carbono 14, abarca todo el periodo Holoceno, que comprende los últimos 11.700 años, la época geológica más reciente del Cuaternario. El estudio de esos sedimentos turbosos aportará información relevante sobre los cambios ambientales que sufrió la zona en ese periodo. Junto a Jesús Ruiz participan en el trabajo Cristina García y David Gallinar; Marc Oliva (Lisboa); Antonio Correia (Évora) y Antonio Fernández (UNED).