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Asturama

Maestra busca aprendices

La tejedora Pilar Quintana se ofrece a enseñar a elaborar mermeladas, tras cesar en esta actividad, para atraer población a Taramundi

Pilar Quintana, en la cocina obrador donde elaboraba las mermeladas hasta el pasado mes de julio, en su local de Taramundi. Ana Paz Paredes

La artesana del telar Pilar Quintana siempre fue una mujer polifacética y que desde muy joven no ha dejado de trabajar. De reconocido prestigio en su sector, tanto dentro como fuera de Asturias, siempre ejerció su labor en Taramundi, donde al mismo tiempo fue una de las pioneras en materia turística al abrir un alojamiento rural en un pueblo de Asturias. A lo largo de todos estos años, además de dedicarse de pleno al telar, oficio que aprendió de su abuela, y donde realiza todo tipo de trabajos, colchas, alfombras, tapices y ropa, también estuvo al frente de una tienda propia, además de elaborar mermeladas y licores.

"Empecé a hacer mermeladas caseras desde muy joven. Como el oficio del telar, también lo aprendí en casa. Aún recuerdo que cuando abrió el hotel La Rectoral ya les llevé mermeladas artesanas", señala esta mujer con una sonrisa. Durante muchos años ha vendido en su local de Taramundi, que es al mismo tiempo cocina obrador y tienda, mermeladas de arándanos, moras, kiwi con zanahoria, castañas, tomate verde, tomate rojo, naranja, limón, higos, grosellas y frambuesas, además de preparar también castañas en almíbar.

"El pasado mes de julio elaboré las últimas. Creo que esta actividad mía ya tuvo su momento, su época, y yo estoy ahora en un proceso de cambio en mi vida y quiero hacer otras cosas, entre ellas dedicarme más plenamente al telar y al diseño de ropa. Igual que dejé la tienda, ahora es el momento de dejar también esto. Mis hijos no quieren seguir con ello y a mí me da pena que se pierda y que quede sin uso este local donde está ya todo instalado", señala Pilar. Por ese motivo se le ha ocurrido ofertar la posibilidad de enseñar todo cuanto tiene que ver con la elaboración de mermeladas caseras y artesanales a quien quiera, con el fin tanto de atraer más empresariado y residentes a Taramundi como de darle salida a su local, cerrado hace tiempo, y "que está perfectamente equipado para llevar a cabo esta actividad", resalta.

"Yo me ofrezco a enseñarles y a asesorarles en todo lo que necesiten, ofertándoles igualmente la posibilidad de que una vez aquí, y tras haber aprendido su elaboración, se dediquen a su producción, alquilando o incluso comprando, si así quieren, este local, que ya está equipado para ello, y además se encuentra en una zona muy buena de Taramundi, muy cerca de los castros. Es un sitio con muy buena energía. Yo creo que es un buen incentivo para regresar a los pueblos y me parece que no es una mala ideal que los veteranos nos ofrezcamos a asesorar y ayudar a los nuevos emprendedores, jóvenes o menos jóvenes, en base a nuestras experiencias", añade esta artesana.

Ella, que tiene en cartera nuevos proyectos en su cambio de vida, cree que los objetivos se logran cuando "lo que se hace, lo que se ofrece a la gente, son cosas auténticas, de siempre, de la tierra. Como hice yo".

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