Los asturianos suspenden sin piedad a sus políticos. Los reprueban mucho y mucho más que el resto de los españoles a la vista de los resultados de la encuesta poselectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), divulgados ayer. No es el Principado la única región que catea sin excepción a todos sus principales líderes autonómicos, pero sí la que puntúa peor a su político mejor valorado, la más severa en las calificaciones y, de las que votaron el 24 de mayo, la que sanciona con la nota más baja a su presidente. Javier Fernández saca un 4,11, el registro más alto de los seis cabezas de lista que obtuvieron representación parlamentaria, pero no supera a ninguno de los otros doce presidentes elegidos en mayo.
Nadie pasa el examen en Asturias, y eso que los seis líderes mejoran sin excepción, levemente, la nota que los ciudadanos les daban en la encuesta del CIS de las vísperas de las elecciones. Por detrás del Presidente, el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, saca un 3,61; la presidenta del PP, Mercedes Fernández, no pasa del 2,98 y Cristina Coto (Foro) recibe un 2,77. Los líderes de los dos grupos debutantes en el parlamento regional, a los que aún no conoce la mitad de los encuestados, cierran la lista de las notas con un 2,67 para Emilio León (Podemos) y un 2,17 para Nicanor García (Ciudadanos).
La paradoja que hace confluir en la misma persona al presidente menos valorado de España y al político más apreciado de Asturias da fe del rigor con el que los asturianos juzgan la labor de sus representantes. Javier Fernández sólo se puede consolar por haber rebasado el cuatro, porque ahora mejora el 3,9 que obtuvo en el sondeo previo a las elecciones. Ya allí cateaban todos y el Presidente recibía el suspenso menos duro del panorama político asturiano. Es a él a quien conocen más -un 82,8 por ciento de los encuestados-, casi a la par que Gaspar Llamazares (80,3) y por delante de Mercedes Fernández (76,7) y muy lejos de los demás, pero particularmente de Nicanor García y Emilio León, a quienes sólo identifica un 47 y un 40 por ciento, respectivamente.
Al cabeza de lista de Ciudadanos sólo dicen conocerle seis de cada diez votantes de su partido, un dato que refuerza la idea de la "imagen de marca" como pulsión del sufragio emitido a favor de la formación de Albert Rivera, y Nicanor García es el único de los líderes analizados que no aprueba ni siquiera en la valoración de sus propios votantes: si sólo se cuentan las notas que le dan sus adeptos, saca un 4,3.
La encuesta, 800 entrevistas entre mayo y junio de este año, actualiza además la percepción de los encuestados sobre la realidad en la que viven y la opinión sobre su gobierno. A la pregunta por la gestión del Ejecutivo autonómico en los tres últimos años, el resumen rápido será un "regular tirando a mal" si se considera que la mitad de la muestra responde "regular", nadie dice "muy buena" y cerca de un 40 por ciento suma "mala" y "muy mala".
Más de tres cuartas partes de los cuestionados responde, eso sí, que un gobierno del PP lo habría hecho "igual" o "peor" que el Ejecutivo socialista y el porcentaje mayoritario, un 22 por ciento, habría escogido la opción de Gobierno que finalmente se ha dado, el PSOE en solitario, frente al 15 y el 12 de las coaliciones de los socialistas con Podemos e IU, respectivamente. La encuesta muestra además las dudas de los votantes ante la urna, con una peculiaridad asturiana: sólo en Asturias, La Mancha y Extremadura, el dilema que más declaran los encuestados no está entre PP y Ciudadanos o entre PSOE o IU y Podemos, sino entre PP y PSOE.
