El lendakari, Iñigo Urkullu, afirmó ayer que en vez de "atacar" al concierto vasco, lo que tendrían que hacer los dirigentes de otras zonas del Estado que lo cuestionan es asumir la "cultura de gestión responsable" de Euskadi, y dejar de gastar "por encima de sus posibilidades", como hicieron en la época de "vacas gordas".

Ante las críticas al concierto y al cupo vasco por parte de dirigentes del PSOE y el PP, y cuya supresión reclaman ciudadanos y UPyD, anunció que en la primera reunión que mantenga con el Gobierno central que salga de las próximas elecciones, abordará el tema de las diferencias sobre el cálculo del cupo y de la "renovación" de la ley que lo regula, para hacerlo más favorable a los intereses de la comunidad autónoma.

El lendakari aseguró que el concierto -la norma que regula las relaciones tributarias y financieras entre Euskadi y el Estado- y el cupo -el dinero que aporta la comunidad autónoma a la Administración central por las competencias no transferidas- son instrumentos "legales" reconocidos en la constitución española, que han sido "avalados" por la Unión Europea.

Y ante quienes critican el supuesto carácter "insolidario" del concierto destacó que Euskadi aporta a las arcas estatales "por encima" de lo que le correspondería en función de su ratio de población y riqueza. "En Euskadi gastamos con arreglo a lo que nos podemos permitir; siendo conscientes de que no podemos pedir al Estado y que somos responsables de nuestras decisiones de gasto. Este es el modelo que hemos asumido", manifestó.

Por el contrario, recordó que "en los años de vacas gordas, en otros lugares se tomaron decisiones de gasto muy por encima de las posibilidades reales de ingresos, y además de dudosa eficacia económica y social". El lendakari destacó que en el País Vasco "no hemos conocido" esa forma de actuar, ni se han efectuado inversiones "por encima de la capacidad financiera" propia.