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Asturama

Blindados contra la gripe en el pórtico

Los sanitarios de Villaviciosa vacunan a los vecinos de la zona rural en los soportales de la iglesia y hasta en un bar en el arranque de la campaña en Asturias

A falta de un centro sanitario o social en el que vacunarse, bueno es el cabildo de la iglesia. Al menos, así lo piensan en Arroes, Villaviciosa, porque lo importante es recibir el pinchazo que prevenga durante el invierno de la gripe. En el concejo maliayés recurren a veces a lugares poco convencionales como un bar o el templo para reunir a los vecinos y vacunarlos, porque lo importante es recibir este breve pinchazo. Ni la concejala de Políticas Sociales, Lorena Villar, se libró de la vacuna. Ella pertenece al grupo de la población de riesgo por padecer una enfermedad crónica y se sumó al resto de vecinos.

En todo el concejo maliayés despacharán en esta campaña 2.000 dosis de la vacuna, gracias a la colaboración entre el gobierno local y las enfermeras del centro de salud que se desplazan a la zona rural para facilitar este servicio a los ciudadanos. De hecho, es en las parroquias más lejanas de Villaviciosa donde más vecinos acuden a vacunarse el día que llegan las enfermeras con la ambulancia de Protección Civil que conduce un policía local. El gobierno local confecciona con el personal de enfermería el calendario vacunal, que será entregado a los delegados territoriales en forma de bando para informar a los parroquianos.

En Gijón, tal es el nivel de concienciación de los vecinos que la campaña arrancó a un ritmo vertiginoso. "Vamos a vacuna por minuto", subrayó Anaí Izaguirre, enfermera del centro de salud La Calzada I, encargada junto a Pilar García de poner en marcha la campaña en el área sanitaria V, que corresponde a Gijón con 24 puntos de distribución y 54.950 dosis. Sólo en la primera jornada, en La Calzada se vacunaron 177 personas. La gran mayoría, mayores de 65 años. Fue el caso de Josefina Prendes, de 83 años, que lleva tres décadas sin faltar a la cita. "No me da tan fuerte durante el invierno", resalta tras recibir el pinchazo. "Merece la pena venir, no se tarda nada", añade. Otros, como Benito Busta, de 85 años y que sufre diabetes e hipertensión, se enmarcan entre el grupo de riesgo que acude a vacunarse. "Es bueno prevenir", afirma. Precisamente, el grupo de personas mayores de 65 años con algún riesgo, como insuficiencias renales, enfermedades hepáticas u otro tipo de patologías crónicas, son una de las prioridades para los sanitarios. "Desde hace dos años, con el brote de gripe A, acuden más. Pero es importante que algunos mayores vuelvan a ponerse la vacuna", explica García.

Mariano Fernández, de 73 años, es otro de los que se toman con paciencia la espera. "Estoy operado de sinusitis", recuerda, al mismo tiempo que advierte de que "los catarros son muy traicioneros; es mejor prevenirlos". Para Consuelo Prendes, de 80 años, se trata de "un trámite que no duele nada".

En Avilés también comenzó la campaña de vacunación a buen ritmo. "Hemos habilitado un espacio con cuatro enfermeros para evitar que las consultas se colapsen y, aun así, también vacunamos en consulta en ocasiones", explicó Miguel Caño, responsable de enfermería en el centro de salud de La Luz-Villalegre, donde la pasada campaña acudieron 2.125 personas y "unas 1.200 lo hicieron en las dos primeras semanas". Uno de los primeros ayer fue Antonio Sánchez, enfermo de sida desde hace 30 años, que explica que se vacuna todos los años y parece que funciona: "El año pasado, me dio la gripe antes de vacunarme y me dejó tumbado, me vino muy fuerte", comentó. Para el área VII (Mieres, Aller y Lena) se han adquirido 14.000 dosis. Este año no hay problemas de suministro y ya en la mañana de ayer hubo decenas de personas que acudieron a las consultas de enfermería de esta área sanitaria.

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