Para los usuarios de la A-67 entre Torrelavega y Santander y los de la autovía S-10 de acceso por el Este a Santander, el nuevo tramo de la A-8 representa un avance al conseguir que los tráficos de largo de recorrido que actualmente eligen estas autovías para circular entre Bilbao y Asturias. Es también una alternativa mucho más competitiva que la actual carretera N-634. Para los habitantes de las localidades atravesadas por esa nacional, que soportaban una media de 13.000 vehículos diarios, supondrá una notable mejora en cuanto a la reducción de ruidos o la contaminación, y de la seguridad vial, además de la ganancia de un cuarto de hora en los viajes.